martes, enero 31, 2006

Vean mis fotos!



Qué emoción. Ahora sí ya tomé fotos con mi cámara nueva. Están en mi flickr. Ahí estaré posteando fotos cuando los accesos de insomnio revuelvan mis neuronas como para que se me ocurra algo...

Muchos fotográficos saludos.

Dar click acá para ver mis fotos.

domingo, enero 29, 2006

Murió

¿Qué ha pasado con el amor? ¿Ya está muerto, como Dios?


Por más que lo intento no consigo enamorarme de nadie. Ahora escucho una rola de The Beatles y se oye muy enamorado el que canta, pero yo no estoy enamorada de nadie y nadie a mi alrededor está enamorado de nadie. Y ya me di cuenta, todos tienen a sus novios y novias porque tienen mucho miedo de estar solos, sí, bola de miedosos putitos. Y porque no quieren pagar la renta solos, y no quieren comer solos y quieren comentar con alguien cuando van al cine y quieren tener alguien que luzca interesado en sus dolores de estómago. ¡Qué horror!


Todo esto viene de que estoy trabajando en un interactivo de teorías del amor de diferentes filósofos y psicólogos y bueno, al parecer los filósofos más pesimistas son los que tienen un poco de razón. ¡¡¡¡¡¡¡He estado engañada siempre!!!!!!!! El corazón no es más que una bola de carne del tamaño de un puño que sirve para bombear sangre a todo nuestro cuerpo. Todo esto no quiere decir que renuncio a tener esposo, hijos, perro, gato y jardín. Lástima por el amor. Supongo que con el amor a los hijos no hay pierde.... bueno, hasta que empiecen a hacerse tatuajes y a tomar alcohol, que es la edad en la que usualmente los papás empiezan a gruñir no sé qué cosas de trabajar y el futuro y la inutilidad de nuestras acciones.

Saludos.

El amor, ¡a las películas!

Splash splash

Ya que nadie responde a la necrofilia platónica de Guergana, les presento un texto un poco menos trágico. Tal vez se les para el ... corazón.
Dificilmente erguida en su blandura musculosa, una levanta el puro torso desnudo. Otra reposa al sol un odre lleno de agua pesada. Las demás circulan por el estanque, apareciendo y desapareciendo, rodando en el oleaje que sus evoluciones promueven.
He visto el quehacer incesante de las focas. He oído sus gritos de júbilo, sus risotadas procaces, sus falsos llamados de náufrago. Una gota de agua me salpica la boca.
Veloces lanzaderas, las focas tejen y destejen la tela interminable de sus juegos eróticos. Se abrazan sin brazos y resbalan de una en otra improvisando sus rondas ad libitum. Baten el agua con duras palmadas; se aplauden ellas mismas en ovaciones viscosas. La alberca parece de gelatina. El agua está llena de labios y lenguas y las focas entran y salen relamiéndose.
Como en la gota microscópica, las focas se deslizan por las frescas entrañas del agua virgen con movimiento flagelo de zoospermos, y las mujeres y los niños miran inocentes la pantomima genética.
Perros mutilados, palomas desaladas. Pesados lingotes de goma que nadan y galopan con difíciles ambulacros. Meros objetos sexuales. Microbios gigantescos. Criaturas de vida infusa en un barro de forma primaria, con probabilidades de pez, de reptil, de ave y de cuadrúpedo. En todo caso, las focas me parecieron grises y manoseados jabones de olor intenso y repulsivo.
¿Pero qué decir de las hermanas amaestradas, de las focas de circo que sostienen una esfera de cristal en la punta de la nariz, que dan saltos de caballo sobre el tablero de ajedrez, o que soplan por una hilera de flautas los primeros compases de la Pasión según San Mateo?
-Las focas
Juan José Arreola

¿Eh, eh?

¿Por qué nadie comenta? ¿Acaso por los intentos de Chonny de destruir mi blog? ¿Acaso porque se oponen al amor entre Oscar Wilde y yo? ¿Acaso es porque estoy cruda? ¿Acaso porque mi papá no hace más que gruñir cuando le hablo? ¿Eh, eh?

¡Díganme! !Díganme!

sábado, enero 28, 2006

La peste del insomnio

Catuare, el indio, no amaneció en la casa. Su hermana se quedó, porque su corazón fatalista le indicaba que la dolencia letal había de perseguirla de todos modos hasta el último rincón de la tierra. Nadie entendió la alarma de Visitación. "Si no volvemos a dormir, mejor", decía José Arcadio Buendía, de buen humor. "Así nos rendirá más la vida." Pero la india les explicó que lo más temible de la enfermedad del insomnio no era la imposibilidad de dormir, pues el cuerpo no sentía cansancio alguo, sino su inexorable evolución hacia una manifestación más crítica: el olvido. Quería decir que cuando el enfermo se acostumbraba a su estado de vigilia, empezaban a borrarse de su memoria los recuerdos de la infancia, luego el nombre y la noción de las cosas, y por último la identidad de las personas y aun la conciencia de su propio ser, hasta hundirse en una especie de idiotez sin pasado. José Arcadio Buendía, muerto de risa, consideró que se trataba de una de tantas dolencias inventadas por la superstición de los indígenas. Pero Úrsula, por si acaso tomó la precaución de separar a Rebeca de los otros niños.
-Cien años de soledad
Gabriel García Márquez

Vaya profecía. Aquí, desde el norte del río Bravo, parece que la gente padece de las etapas avanzadas de la peste del insomnio. Ya nadie se acuerda del pasado, de la historia, o de lo que es ejercitar la razón. George Orwell una vez dijo "Quien controla el pasado, controla el futuro. Quien controla el presente, controla el pasado". Ahora ¿quien controla el presente? Creo que los gringos se merecen el país que tienen.

viernes, enero 27, 2006

Eh


Me siento como niña con juguete nuevo.

Esperen... ¡soy!

Ya tengo mi super cámara. Pero como nada es perfecto en esta vida, no tiene tarjeta. Entonces la tengo pero no puedo tomar fotos. Y ya no tengo nada de dinero. Angustia, angustia, pero la mata mi emoción. Por fin. La primera cosa que me compro con dinero ganado por mi trabajo (bueno, le debo la mitad a mi padre, pero espero pagarle pronto, cuando me paguen a mí de otras chambitas).

Luego podrán mis super fotos de fotógrafa novata.

Saludos.

miércoles, enero 25, 2006

Rushmore



Con eso de que ya el VHS está muriendo aproveché para ir al Péndulo hoy que andaba por la Zona Rosa a ver si encontraba algo de videoarte (más específicamente quería el VHS de Bill Viola que tiene Giovanni en su estudio). Entre la maraña de cassettes polvosos vi Rushmore, y sentí un impulso tremendo de comprarla. La cosa es que ya la tengo en Divx, y en DVD.

Ah, las obsesiones. Son las once y cacho y de repente pienso en la película, ahí sola en la tienda cerrada, que pudo haber tenido dueña hoy.

En fin, ahí está. Original y cuesta como cien pesos. ¡Vayan por ella, para que finalmente pueda dormir!

(Los del Péndulo no me pagan, lo juro).

Rushmore, película de Wes Anderson. Sus demás películas son igual buenas, excepto la última que si no les gustaba Jack Cousteau no les va a gustar nadita (mi caso).

Impresiones sobre Oscar Wilde

Curiosa la impresión que le causó a un viajero mexicano la vista de Oscar Wilde: "... Retes viene a manifestarme que viaja con nosotros Oscar Wilde. ¿Quién es Wilde? le pregunto. Un individuo que ha llegado a hacerse de gran popularidad en este país hablando mal, en conferencias públicas, de todo lo que ha encontrado en él. ¿Y cuáles son los puntos de sus críticas? El mal gusto dominante. Es un apóstol de la estética y hace una cruzada para introducir los buenos principios, cruzada que le deja bastante dinero, pues los teatros y salones se llenan para oírlo. ¿Habrá hablado, por supuesto, de los edificios? Ha dicho a los americanos que si quieren hacer construcciones feas empleen el ladrillo; pero que no malgasten el mármol y el granito. ¿Y qué más ha agregado? Pretende que la costumbre de embarazar las aceras de las calles con artículos de comercio de todas clases, no tiene nada de estético. Sus reformas se extienden hasta los trajes y opina que en vez de esas dos columnas llamadas pantalones, deben lucirse las formas con medias elegantes y llevar, hombres y señoras, sobre el pecho una flor amarilla. Pero lo de las medias no se referirá a los flacos; a menos que no se aconseje al mismo tiempo, el uso de algodón dentro de ellas."




"... Era un inglés alto y robusto, con modales afeminados que contrastaban desastrozamente con su naturaleza vigorosa. Llevaba el cabello largo, dividido por raya en medio; un saco de terciopelo, medias y zapatos con hebilla. Los americanos se vengaron buscándole esta parte ridícula."

Nota sobre el primer fragmento: Observaciones que no vendrían nada mal a nuestra época. Exceptuando el uso de medias para "acentuar las formas". Cosa que provocaría la hilaridad general, sobre todo en el caso de los hombres y para acabar de matarnos de la risa: con algodón para disimular la escasez de formas. Acepto la flor amarilla.

Nota sobre el segundo fragmento:
Ah, estoy enamorada.

Alabado sea Oscar Wilde, venga a nosotros su ridiculez.

martes, enero 24, 2006

Mis ídolos

O Putitos que me hacen llorar en el transporte público.

A propósito de terminar de leer El retrato de Dorian Gray (sí, ya sé que lo leyeron en la secundaria) quiero hacer pública la inclusión de Oscar Wilde a la lista de las personalidad más influyentes en mi vida. La lista hasta ahora no está muy llena, pero ahí va:

1. Julio Cortázar.
2. Freddy Mercury.
3. Oscar Wilde.

No hay que olvidar que todos ellos me atraen sexualmente de maneras indecibles y que de todos ellos se murmura que les gusta aquello del homoerotismo, claro está, unos más que otros (véase Mercury, Freddy).

Esto va estrechamente ligado a mi nueva obsesión, que bien serviría para título de tesis que dejaría boquiabiertos a dos o tres darketos literatos de la UNAM. La amoralidad en la literatura clásica de los siglos XVIII y XIX. Igual, la lista es escasísima, les agradecería referenciar:

1. Dorian Gray.
2. Don Juan.
3. Personas de las que habla Stendhal en su Del amor.

Entiéndase por amoralidad la no separación entre el bien y el mal. Esto explica el por qué nuestros personajes hacen todo lo posible por experimentar todos los placeres de la vida intensamente sin tener que ayudar después a los niños pobres para expiar sus culpas hipócritamente. Cabe resaltar que todos estos personajes deben contar con cantidades ridículas de dinero para llevar a cabo sus fantasías, cosa que me excluye por completo de formar parte del cuadro, pero que no me impide vivir sus excesos sentada cómodamente en el sofá, en el metro, o en algún lugar donde todavía los ruidosos chilangos y el tráfico me dejen leer en paz.

Propongo hoy:

1. olvidar sus tontos sentimientos de culpa.
2. visitar mi nuevo flickr (por ahora sólo fotos viejas, pero desde este fin ya tendré cámara).
3. leer El retrato de Dorian Gray.
4. defender sus ideas a toda costa.
5. ayudar con curso de After Effects para la pieza de video que quiero hacer en homenaje a Oscar Wilde.
6. poner comentarios acá en su siempre actualizado blog.

sábado, enero 21, 2006

Moscas

Pintarrajeadas
de verde, azul y rojo
putas del aire.


-Doce haikús. Luis Ignacio Helguera.

jueves, enero 19, 2006

Cinefagia

Se supone que un cinéfago es un cinéfilo sin prejuicios. Alguien capaz de tener, como diría el cineasta John Waters, un exquisito mal gusto.

INTERFERENCIA: "Para mí, el mal gusto es la esencia del entretenimiento. Si alguien vomita viendo una de mis películas, es como si recibiera una ovación cerrada. Sin embargo, uno debe recordar que existe el buen mal gusto y el mal mal gusto. Es fácil asquear a alguien: puedo rodar una película de 90 minutos con gente dejándose machacar las costillas, pero eso sólo sería mal mal gusto, no tendría estilo no sería original. Para entender el mal gusto uno debe tener muy buen gusto.

-Shock Value. A Tasteful Book about Bad Taste. John Waters

domingo, enero 08, 2006

Libertad

Hoy proclamé la independencia de mis actos. A la ceremonia sólo concurrieron unos cuantos deseos insatisfechos, dos o tres actitudes desmedradas. Un propósito grandioso que había ofrecido venir envió a última hora su excusa humilde. Todo transcurrió en un silencio paavoroso.

Creo que el error consistió en la ruidosa proclama: trompetas y campanas, cohetes y tambores. Y para terrminar, unos ingeniosos juegos de moral pirotécnica que se quedaron a medio arder.

Al final me hallé a solas conmigo mismo. Despojado de todos los atributos de caudillo, la media noche me encontró cumpliendo un oficio de mera escribanía. Con los últimos restos del heroísmo emprendí la penosa tarea de redactar los artículos de una dilatada constitución que presentaré mañana a la asamblea general. El trabajo me ha divertido un poco, alejando de mi espíritu la triste impresión del fracaso.

Leves e insidiosos pensamientos de rebeldía vuelan como mariposas nocturnas en torno de la lámpara, mientras sobre los escombros de mi prosa jurídica, para de vez en cuando un tenue soplo de marsellesa.

- Prosodia
Juan José Arreola

lunes, enero 02, 2006

Al contado



- Toda Mafalda. Quino

...chingado post

El verbo chingar -- maligno, ágil y juguetón como un animal de presa -- engendra muchas expresiones que hacen de nuestro mundo una selva: hay tigres en los negocios, águilas en las escuelas o en los presidios, leones con los amigos. El soborno se llama "morder". Los burócratas roen sus huesos (los empleos públicos). Y en un mundo de chingones, de relaciones duras, presididas por la violencia y el recelo, en el que nadie se abre ni se raja y todos quieren chingar, las ideas y el trabajo cuentan poco. Lo único que vale es la hombría, el valor personal, capaz de imponerse.

La voz tiene además otro significado, más restringido. Cuando decimos "vete a la Chingada", enviamos a nuestro interlocutor a un espacio lejano, vago e indeterminado. Al país de las cosas rotas, gastadas. País gris, que no está en ninguna parte, inmenso y vacío. Y no sólo por simple asociación fonética lo comparamos con la China, que es también inmensa y remota. La Chingada, a fuerza de uso, de significaciones contrarias y del roce de labios coléricos o entutiasmados, acaba por gastarse, agotar sus contenidos y desaparecer. Es una palabra hueca. No quiere decir nada. Es la Nada.

Después de esta digresión sí se puede contestar a la pregunta ¿qué es la Chingada? La Chingada es la Madre abierta, violada o burlada por la fuerza. El "hijo de la Chingada" es el engendro de la violación, de rapto o de la burla. Si se compara esta expresión con la española, "hijo de puta", se advierte inmediatamente la diferencia. Para el español la deshonra consiste en ser hijo de una mujer que voluntariamente se entrega, una prostituta; para el mexicano, en ser fruto de una violación.
- El laberinto de la soledad
Octavio Paz

domingo, enero 01, 2006

Oh, dulce ignorancia

Es cosa averiguada (así lo siente Metrodoro Chío, y otros muchos) que no se sabe nada y que todos son ignorantes; y aun esto no se sabe de cierto, que a saberse ya se supiera algo: sospéchase. Dícelo así el doctísimo Francisco Sánchez, médico y filósofo, en su libro cuyo título es Nihil scitur: "No se sabe nada."


En el mundo hay algunos que no saben nada y estudian para saber, y éstos tienen buen deseo y vana ejecución, porque al cabo sólo les sirve el estudio de conocer cómo toda la verdad la quedan ignorando. Otros hay que no saben nada y no estudian porque piensan que lo saben todo: son de éstos muchos irremediables; a éstos se les ha de envidiar el ocio y la satisfacción, y llorarles el seso. Otros hay que no saben nada, y dicen que no saben nada porque piensan que ya saben algo de verdad, pues lo es que no saben nada: y a éstos se les había de castigar la hipocresía con creerles la confesión.


Otros hay (y en éstos, que son los peores, entro yo), que no saben nada, ni quieren saber nada, ni creen que sepan nada, y dicen de todos que no saben nada, y todos dicen de ellos lo mismo, y nadie miente. Y como gente que en cosa de letras y ciencia no tiene qué perder, y cree que no hay con quién perder tampoco, se atreven a imprimir y sacar a luz todo cuanto sueñan. Éstos dan que hacer a las imprentas, sustentan a los libreros, gastan a los curiosos, y al cabo sirven a las especerías.


(...)


- Al lector, como Dios me lo depare: cándido o purpúreo, pío o cruel, o beningno o sin sarna. Introducción a El mundo por dentro. Francisco de Quevedo y Villegas.

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