martes, enero 27, 2009

El alcohol, las mujeres y el flamenco

Una vez establecido en la taberna, el cante flamenco surcó olas de alcohol hasta alcanzar cotas de dudoso éxtasis. Mitchell sostiene que "durante la mayor parte del siglo XIX y buena parte del XX, la música flamenca connotó cierto grado de mal vivir o de liberación de los instintos" y, por lo tanto, no debería entenderse como arte, sino como una "catarsis ayudada por el alcohol de la subcultura étnica de la bebida" en España (Mitchell, 1994, págs. 15, 45). Esta catarsis extasiada tenía como mediadores a cantaores borrachos pudo resultar aceptable para los hombres, pero las mujeres eran señaladas e inevitablemente relegadas a la categoría de desvergonzadas y rameras. En una "juerga", una farra de cante y bebida que duraba toda la noche, las mujeres decentes estaban, según se decía, fuera de lugar. "La presencia de mujeres en las tabernas flamencas no era sólo denigrante para ellas mismas, sino que incomodaba a los demás y acababa con la atmósfera relajada que reinaba en aquellos lugares. Las mujeres debían ausentarse de la mayor parte de la vida flamenca de Andalucía" (Pohren, 1980, pág. 31). O, de ser incluidas, se las trataba como si fueran hombres, de acuerdo con una práctica general en Andalucía: "Una mujer que pierde la vergüenza se convierte en un hombre" (Pitt Rivers, 1977, pág. 45).


- Mitchell, Timothy. Flamenco Deep Song, New Haven, Yale University Press, 1994.
- Pitt Rivers, Julian. The Fate of Shechem or the Politics of Sex: Essays on the Anthropology of the Mediterranean, Nueva York, Cambridge University Press, 1977 (trad cast.: Antropología del honor o política de los sexos, Barcelona, Crítica, 1979).
- Pohren, Donn, A Way of Life, Madrid, Society for Spanish Studies, 1980 (trad. cast.: Una forma de vida, Morón de la Frontera, Fundación Fernando Villalón, 1998).

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