lunes, marzo 03, 2025

Lévi-Strauss sobre los viajes.. y la documentación de los viajes

 Antaño se arriesgaba la vida en las Indias o en las Américas para traer bienes que hoy nos parece irrisorios; madera de brasa (de ahí Brasil), tintura roja o pimienta, por la que en tiempo de Enrique IV se enloquecían hasta tal punto que la corte ponía sus granos en estuches de caramelos, para mordisquearlos. Esas sacudidas visuale y olfativas, ese gozoso calor en los ojos, esa quemazón exquisita en la lengua, agregaban un nuevo registro al teclado sensorial de una civilización que no había sospechado siquiera su propia insipidez. ¿ Diremos entonces que nuestros modernos Marco Polo traen de esas mismas tierras, ahora en forma de fotografías, libros y relatos, las especias morales que nuetra sociedad, sintiéndose naufragar en el hastío, necesita con mayor apremio?

- Tristes tropiques. Clause Lévi-Strauss

Ah, esas culturas superiores

¿No fue en estas aguas por donde ahora navegamos, o por aquí cerca, donde Colón encontró las sirenas? En realidad, las vio al final de su primer viaje, en el mar Caribe, aunque también hubiera podido ser a la altura del delta amazónico. Colón cuenta que las sirenas elevaban su cuerpo sobre la superficie del océano, y aunque no eran tan bellas como se las representaba en los cuadros, su cara redonde tenía forma nítidamente humana. Los lamantinos tienen la cabeza redonda y las tetas en el pecho; como las hembras amamantan a sus crías apretándolas contra sí con una pata, la identificación no resulta tan sorprendente en una época en que se describe al algodonero (y hasta se lo dibuja) como un "árbol de ovejas"; un árbol que a guisa de frutos tenía ovejas enteras suspendidas por la espalda, y sólo bastaba con esquilarlas. 

- Tristes Trópicos. Claude Lévi-Strauss

lunes, febrero 24, 2025

Tristes tropiques

I can't remember being so happy to get a book probably since my last Nigel Barley. Levi-Strauss' honesty is so refreshing.
** Frustrated anthropologist sighs.

Concrete Poetry

 Jonathan Meades talks about my newfound love: Brutalist architecture in his documentary series Concrete Poetry.

viernes, mayo 18, 2018

Berliners Berliners Berliners


Found this in some reddit conversation, on the way of agreeing... 

Christopher Lasch(1979; 1984) has asserted that individualism, with its single-minded pursuit of personal and private goals, produces not an expanded self-concept, but a minimal self. The individual is overexposed to the competitive struggle of the marketplace without adequate social cushioning. He or she learns to prefer success over love, power over community -- choices that trigger both stress and anomie. Individualism essentially fights nature, the fact that we are social animals. Thus, cultural norms that favor "doing one's own thing," while highly applauded in recent years, turn out to be directly associated with deviant activity, particularly addiction.
Social Control of Deviance: A Critical Perspective. p. 102.

miércoles, diciembre 07, 2016

el prototipo humano primitivo

[...] Miraba a los escritores, oía sus voces, y todo el rato tenía presente al doctor Attendu, que dio la vuelta a un prejuicio secular y afirmó que el idiota no es más que el prototipo humano primitivo, del cual sólo somos la versión corrompida, y por tanto sujeta a trastornos, a pasiones y vicios contra natura, que no afectan, sin embargo, al auténtico cretino, al puro.

- Fragmento de El mal de Montano. Enrique Vila-Matas. 

lunes, noviembre 28, 2016

Apología del Cacaolat

La paciencia policíaca para capturar un recuerdo puede llegar a ser hasta ridícula. A uno le bastaba con una galleta mojada en el té; a otro, con una gota de perfume que hubiera quedado en el fondo de una botellita vacía; a otro il suon dell' ora, un repique de campanas que el viento arrastrara desde la torre del pueblo. Sabores, olores mínimos, sonidos del pasado. Me da vergüenza decirlo, porque no es muy poético que digamos, pero es así y no puedo cambiarlo: mi galleta mojada, mi gota de perfume, mi música del viento es un prosaico y vulgar trago - tan breve como la infancia - de una bebida catalana llamada Cacaolat, mezcla de leche y cacao que tomaba diariamente en los recreos matinales de la escuela.

Basta que vuela a probar esa bebida para que regresen los recuerdos del pasado. Pero no puede ser más ridícula y menos poética esa palabra, Cacaolat, y tal vez por eso media vida la he pasado odiando a los escritores que trabajan con sus recuerdos y defendiendo, en cambio, a aquellos otros que sin el peso muerto de los recuerdos están en condiciones de alcanzar la edad adulta del escritor con mayor rapidez. Media vida la he pasado defendiendo a aquellos escritores que no viven de las rentas del pasado y que saben demostrar una imaginación al día, una imaginación capaz de inventar del presente, es decir, de la nada misma.

- Fragmento de "El mal de Montano". Enrique Vila-Matas.

domingo, noviembre 13, 2016

Vila-Matas sobre la estupidez

(...) Alberto Savinio solía decir que la inteligencia completa, equilibrada, fecunda, ha sido siempre un caso insólito. Y añadía: "El esfuerzo que hace el hombre por subir los escaños de la inteligencia es tan doloroso, es tan desesperado... Los daños que resultan de una inteligencia incompleta son tanto más grandes que los que puedan derivarse de una estupidez franca y dócil."

Deberíamos dudar de la utilidad y el valor efectivo de la tan añorada inteligencia, añorada quizá porque en realidad no existe. El hecho mismo de que vayamos - no todos, sólo algunos - en busca de la inteligencia nos está aportando constantemente pruebas de que ésta en realidad no es natural, no es humana, no es de este mundo. Vistas así las cosas, y teniendo en cuenta que los datos de su monstruosa perserverancia aportaron unos resultados muy relativos, Valéry - como el resto de la humanidad - no era tampoco tan inteligente. "La inteligencia - dice Savinio - es la gran deseada, pero la estupidez, esa cenicienta, la pobre, la modesta, la despreciada, la vilipendiada estupidez, es aquella a la que en el fondo se vuelve el verdadero, el espontáneo, el duradero amor del hombre." Para Savinio, incluso en la metafísica el hombre divide su afecto entre la inteligencia (la amante, la gran deseada) y la estupidez (la esposa, "consorte" más bien, porque jamás encajó mejor la etimología). De todas las decepciones de la inteligencia, es ella, la magnánima estupidez, la que nos consuela a fondo.

La estupidez es fiel y constante, la conocemos desde la noche de los tiempos, nos espera en el dulce hogar para compartir con nosotros, en imponente resignación, la desgracia descomunal de no ser inteligentes.

- En El mal de Montano. Enrique Vila-Matas (pp. 191-192).

jueves, noviembre 10, 2016

(...) me sorprendió hablándome de la carta breve de un suicida anónimo. La carta decía simplemente: "Tanto abrochar y desabrochar".

- En El mal de Montano. Enrique Vila-Matas
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