viernes, julio 25, 2025
lunes, abril 21, 2025
Levi Strauss sobre el origen de las jerarquías sociales
Más allá de los remedios políticos y económicos que pudieran concebirse, el problema que plantea la confrontación de Asia y América tropicales sigue siendo el de la multiplicación humana en un espacio limitado. ¿ Cómo olvidar que, con respecto a esto, Europa ocupa una posición intermedia entre los dos mundos? La India se empeñó en resolver este problema del número hace unos tres mil años, buscando un medio de transformar la cantidad en calidad por medio del sistema de castas, o sea, de diferenciar los grupos humanos para permitirles vivir unos junto a otros. Y hasta había concebido el problema en términos más amplios extendiéndolo, más allá del hombre, a todas las formas de la vida. La regla vegetariana está inspirada en la misma preocupación que el régimen de las castas, o sea, impedir que los grupos sociales y las especies animales invadan entre sí las jurisdicciones que les son propias, reservar a cada uno de ellos la libertad que le pertenezca gracias a la renuncia, por parte de los otros, a ejercer una libertad antagónica. Para el hombre es trágico que está gran experiencia haya fracasado,.quiero decir: que en el curso de la historia de las castas no hayan conseguido alcanzar un estado en el que fueran iguales por el hecho de ser diferentes - iguales en el sentido de que hubieran sido inconmensurables - y que se haya introducido entre ellas esa dosis pérfida de homogeneidad que permitía la comparación y, por lo tanto, la creación de una jerarquía. Pues si los hombres pueden llegar a coexistir a condición de reconocerse todos en tanto que hombres, pero de otro modo, también lo pueden rehusándose los unos a los otros un grado comparable de humanidad, y por lo tanto, subordinándose.
- Claude Levi Strauss. Tristes trópicos. Paidós. Pp.203.
lunes, marzo 03, 2025
Lévi-Strauss sobre los viajes.. y la documentación de los viajes
Antaño se arriesgaba la vida en las Indias o en las Américas para traer bienes que hoy nos parece irrisorios; madera de brasa (de ahí Brasil), tintura roja o pimienta, por la que en tiempo de Enrique IV se enloquecían hasta tal punto que la corte ponía sus granos en estuches de caramelos, para mordisquearlos. Esas sacudidas visuale y olfativas, ese gozoso calor en los ojos, esa quemazón exquisita en la lengua, agregaban un nuevo registro al teclado sensorial de una civilización que no había sospechado siquiera su propia insipidez. ¿ Diremos entonces que nuestros modernos Marco Polo traen de esas mismas tierras, ahora en forma de fotografías, libros y relatos, las especias morales que nuetra sociedad, sintiéndose naufragar en el hastío, necesita con mayor apremio?
- Tristes tropiques. Clause Lévi-Strauss
Ah, esas culturas superiores
¿No fue en estas aguas por donde ahora navegamos, o por aquí cerca, donde Colón encontró las sirenas? En realidad, las vio al final de su primer viaje, en el mar Caribe, aunque también hubiera podido ser a la altura del delta amazónico. Colón cuenta que las sirenas elevaban su cuerpo sobre la superficie del océano, y aunque no eran tan bellas como se las representaba en los cuadros, su cara redonde tenía forma nítidamente humana. Los lamantinos tienen la cabeza redonda y las tetas en el pecho; como las hembras amamantan a sus crías apretándolas contra sí con una pata, la identificación no resulta tan sorprendente en una época en que se describe al algodonero (y hasta se lo dibuja) como un "árbol de ovejas"; un árbol que a guisa de frutos tenía ovejas enteras suspendidas por la espalda, y sólo bastaba con esquilarlas.
- Tristes Trópicos. Claude Lévi-Strauss
lunes, febrero 24, 2025
Tristes tropiques
** Frustrated anthropologist sighs.

Concrete Poetry
Jonathan Meades talks about my newfound love: Brutalist architecture in his documentary series Concrete Poetry.
viernes, mayo 18, 2018
Berliners Berliners Berliners
miércoles, diciembre 07, 2016
el prototipo humano primitivo
lunes, noviembre 28, 2016
Apología del Cacaolat
Basta que vuela a probar esa bebida para que regresen los recuerdos del pasado. Pero no puede ser más ridícula y menos poética esa palabra, Cacaolat, y tal vez por eso media vida la he pasado odiando a los escritores que trabajan con sus recuerdos y defendiendo, en cambio, a aquellos otros que sin el peso muerto de los recuerdos están en condiciones de alcanzar la edad adulta del escritor con mayor rapidez. Media vida la he pasado defendiendo a aquellos escritores que no viven de las rentas del pasado y que saben demostrar una imaginación al día, una imaginación capaz de inventar del presente, es decir, de la nada misma.