Fragmentos sobre la moral sexual española
Sobre el respeto a la fidelidad conyugal (s. XVIII)
Queda por interrogarse acerca de cuál fue el respeto hacia el sacramento del matrimonio cuando éste no era testimonio de amor sino simplemente compromiso de fidelidad. Ciertos historiadores han creído poder afirmar que este respeto era muy grande, basándose en el índice de ilegitimidad, evidentemente muy bajo, por ejemplo en el caso de la antigua Francia. El argumento no es, ciertamente, desdeñable. Sin embargo, hace algunos años, J.-L. Flandrin expresó sus dudas a este respecto, fundándose en el hecho de que la anticoncepción, en la forma que fuere, era en esa época mucho menos ignorada de lo que se ha venido creyendo. Las argumentaciones de J.-L. Flandrin, apoyadas en el estudio de las penitenciarías, y de manuales de confesión, sermones y tratados de teología, no carecen de fuerza y permiten pensar que, por ejemplo, la práctica del coitus interruptus se hallaba relativamente difundida. Y, en tal caso, el índice de ilegitimidad resultaría mucho menos probatorio de lo que se ha estimado.
Y, dentro de lo que nos permite el estado actual de nuestros conocimientos, ¿ cuál era en este aspecto la situación de España? A nuestro parecer, únicamente un estudio de la serie de la Inquisición Palabras y cosas deshonestas podría permitir una respuesta. Los sondeos, demasiado rápidos, que hemos llevado a cabo en esta serie, aun demostrando la importancia de las relaciones sexuales extraconyugales (sobre todo entre personas no casadas), no nos han revelado más que un sólo caso de coitus interruptus y, por lo demás, tardío, en 1761. José Alonso Blázquez, acusado de haber dejado encinta a Isabel Martín Vidales, criada del cuñado del propio Blázquez, se acusa de onanismo, para negar así la posibilidad de su paternidad. Habrá que esperar a más amplias investigaciones, para poder establecer conclusiones sólidas.
- Bartolomé Bennassar. Los españoles. Actitudes y mentalidad. Ed. Argos. Barcelona. 1978. pág. 177.
Queda por interrogarse acerca de cuál fue el respeto hacia el sacramento del matrimonio cuando éste no era testimonio de amor sino simplemente compromiso de fidelidad. Ciertos historiadores han creído poder afirmar que este respeto era muy grande, basándose en el índice de ilegitimidad, evidentemente muy bajo, por ejemplo en el caso de la antigua Francia. El argumento no es, ciertamente, desdeñable. Sin embargo, hace algunos años, J.-L. Flandrin expresó sus dudas a este respecto, fundándose en el hecho de que la anticoncepción, en la forma que fuere, era en esa época mucho menos ignorada de lo que se ha venido creyendo. Las argumentaciones de J.-L. Flandrin, apoyadas en el estudio de las penitenciarías, y de manuales de confesión, sermones y tratados de teología, no carecen de fuerza y permiten pensar que, por ejemplo, la práctica del coitus interruptus se hallaba relativamente difundida. Y, en tal caso, el índice de ilegitimidad resultaría mucho menos probatorio de lo que se ha estimado.
Y, dentro de lo que nos permite el estado actual de nuestros conocimientos, ¿ cuál era en este aspecto la situación de España? A nuestro parecer, únicamente un estudio de la serie de la Inquisición Palabras y cosas deshonestas podría permitir una respuesta. Los sondeos, demasiado rápidos, que hemos llevado a cabo en esta serie, aun demostrando la importancia de las relaciones sexuales extraconyugales (sobre todo entre personas no casadas), no nos han revelado más que un sólo caso de coitus interruptus y, por lo demás, tardío, en 1761. José Alonso Blázquez, acusado de haber dejado encinta a Isabel Martín Vidales, criada del cuñado del propio Blázquez, se acusa de onanismo, para negar así la posibilidad de su paternidad. Habrá que esperar a más amplias investigaciones, para poder establecer conclusiones sólidas.
- Bartolomé Bennassar. Los españoles. Actitudes y mentalidad. Ed. Argos. Barcelona. 1978. pág. 177.
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