Ah, esas culturas superiores
¿No fue en estas aguas por donde ahora navegamos, o por aquí cerca, donde Colón encontró las sirenas? En realidad, las vio al final de su primer viaje, en el mar Caribe, aunque también hubiera podido ser a la altura del delta amazónico. Colón cuenta que las sirenas elevaban su cuerpo sobre la superficie del océano, y aunque no eran tan bellas como se las representaba en los cuadros, su cara redonde tenía forma nítidamente humana. Los lamantinos tienen la cabeza redonda y las tetas en el pecho; como las hembras amamantan a sus crías apretándolas contra sí con una pata, la identificación no resulta tan sorprendente en una época en que se describe al algodonero (y hasta se lo dibuja) como un "árbol de ovejas"; un árbol que a guisa de frutos tenía ovejas enteras suspendidas por la espalda, y sólo bastaba con esquilarlas.
- Tristes Trópicos. Claude Lévi-Strauss
0 Invaluables opiniones:
Publicar un comentario
<< Home