viernes, septiembre 09, 2005

Pobre Abelardo

No salía de mi confusión al recordar que -según la interpretación literal de la Ley- Dios aborrece tanto a los eunucos que a los hombres a quienes se han amputado o mutilado sus testículos no pueden entrar en la iglesia, como si fueran malolientes o inmundos, pues los mismos animales, en tales condiciones, son rechazados para el sacrificio. Se dice en el Levítico: "No ofreceréis al Señor reses con testículos machacados, aplastados, arrancados o cortados." Y en el Deuteronomio: "No se admite en la asamblea del Señor a quien tenga los testículos machacados o haya sido castrado, o se le hayan cortado los genitales."

- Historia Calamitatum. Pedro Abelardo

Todo lo relatado por Abelardo es real. Pobrecito de Abelardo. Le cortaron sus partecitas.
No estaría del todo mal haber vivido en la Edad Media, entre las enfermedades, el salvajismo y el aplastante poder de la Iglesia. Previo cargo elevado, por supuesto, para gozar de todas las ventajas de ser una autoridad religiosa y cometer las peores atrocidades "en nombre de Dios." Sea.

Que Dios los acompañe, queridos lectores.

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