Gorda

Por fin se está realizando mi fantasía de ser una de esas señoras gordas que se ríen de todo... sólo que yo me lo imaginaba diferente. En mi fantasía yo estaba rodeada de gente que aplaudía mis ingeniosas observaciones y era gorda porque tenía largas jornadas de glotonería en un ambiente culto y sibarita y porque mis actividades intelectuales eran obligatoriamente sendentarias. En la realidad, lo único que puedo rescatar es mi vida sedentaria, pero en vez de ambiente culto y sibarita lleno de gente interesante están la biblioteca, la soledad de la residencia universitaria, los Twix y la pasta integral. En el arduo camino hacia Nina Simone me he quedado en Michael Moore.

Aunque es un consuelo ver que por más que yo engorde, en Cuernavaca se engorda más. ¿Verdad, chato?

Próximamente, más panza y documentales.