Siempre había tenido la idea de que era más fácil ligar en México, porque la gente es más abierta y amable que en Cataluña. Pero en realidad es mucho más difícil. Como es una sociedad altamente jerarquizada, y después de malas experiencias o la desconfianza típica que todo buen padre le inculca a sus hijos desde chavitos, es imperante saber quién es el wey aquel guapetón que te está guiñando el ojo. Cada grupo social es más o menos distinguible por su apariencia y por el lugar donde se encontró, pero aún así las sorpresas abundan. Hijos de familia pueden ser drogadictos o enfermos mentales, chico varonil puede resultar machín golpeador, morenito coqueto un traumado con complejos de inferioridad, etc. Además aquí casi todo el mundo es amable, también el que no tiene buenas intenciones.

El abanico de sorpresas no es tan amplio en la Cataluña, donde se puede ser tal vez, notoriamente, moro, guiri, paki, oriental masajista de la playa, sudaca, gitano, español con las diferencias típicas de cualquier región o catalán. Evidentemente son todos estereotipos, cada individuo tiene su propia personalidad, -la de los catalanes bastante notoria, por cierto- pero en cualquier caso es menos amenazante porque en México el machismo es defecto común, y los machines vienen en todos colores y formas, y hasta el más bonito puede volverse un orangután a la menor provocación.

Hay mucho animal en el reino del señor.
Dios nos libre de caer en el mal por culpa de la calentura.
Amén.