lunes, junio 14, 2010

Sobre histeria y capitalismo

Es la onda la investigación, de repente descubre uno que se pueden asociar los conceptos más dispares con la contextualización adecuada.

Ahí les va, y con perdón de Julia Tuñón y de Oliva López Sánchez y de Foucalt, lo que sería una cita ídem de la anterior sobre el ideal burgués - o sea, algo así como un francés fresita - y la patología de la histeria durante en siglo XIX:

Las explicaciones sobre la histeria, así como los tratamientos propuestos para su cura, nos remiten a los principios de la higiene, cuyos contenido promovieron un control del cuerpo y sus funciones. Los síntomas de las histéricas podrían ser entendidos como el resultado de las exigencias burguesas que demandaban de las mujeres un comportamiento sumiso y abnegado, pureza y fidelidad sexual, rasgos que en su conjunto las convertían en cuidadoras y procuradoras de la espiritualidad de los varones. Dijsktra asegura que las exigencias sociales llevaron a las mujeres a construir en sus cuerpos ciertos padecimientos como la histeria, que se convirtió para algunas en un rasgo imprescindible de la identidad femenina burguesa. En el caso de los varones, el miedo a la enfermedad fue la manera de controlar un comportamiento sexual desbordado, intelectual y emocional.

El mercado capitalista necesitaba de cuerpos mesurados y autorreprimidos para su funcionamiento, de ahí que la medicina contribuyera en el proceso de disciplina que promovió la introyección de normas sociales y morales que aseguraban el cumplimiento de la autorrepresión para así poder alcanzar valores burgueses tales como la temperancia, la mesura, el orden, el ahorro y la capacidad de postergar la realización de los deseos.

- Ídem, como dije, pero para que no la hagan de tos, de nuevo. La centralidad del útero y sus anexos en las representaciones técnicas del cuerpo femenino en la medicina del siglo XIX. Escrito Oliva López Sánchez. En Enjaular los cuerpos. Julia Tuñón (comp.)


Esto es la conclusión del artículo citado. Si os interesa, compráos el libro, tíos. Lo edita el Colegio de México.

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