miércoles, julio 13, 2005

Luxuria

No se metan en problemas de amor, queridos. No les vaya a pasar como a Virgilio y a su mujer.

AQUÍ FABLA DEL PECADO DE LA LUXURIA

Syenpre está la loxuria adoquier que tú seas:
Adulterio e forniçio todavía desseas,
Luego quieres pecar con cualquier que tú veas,
Por conplyr la loxuria guinando las oteas.

Ffeciste por loxuria al profeta David,
Que mató a Urías, quando l'mandó en la lyd
Poner en los primeros, quando le dixo:
"Yd,Levad esta mi carta a Joab e venid".

Por amor de Berssabe, la muger de Urías,
Fué David omeçida e fizo a Dios fallías;
Non fiz' por ende el tenpro en todos los sus días,
Fizo grand penitençia por las tus maestrías.

Ffueron por la loxuria çinco nobles çibdades
Quemadas e destruydas, las tres por sus maldades,
Las dos non por su culpa, mas por las veçindades:
Por malas vezindades se pierden eredades.

Non te quiero, veçino, nin me vengas tan presto.
Al sabidor Virgillio, como dize en el testo,
Engañólo la dueña, quando l' colgó en el çesto,
Coydando que l' sobía a su torre por esto.

Porque le fiz' desonrra e escarnio del rruego,
El gran encantador fízole muy mal juego:
La lunbre de la candela encantó e el fuego,
Que quanto era en Rroma en punto morió luego.

Anssy que los rromanos, fasta la criatura,
Non podíen aver fuego, por su desventura:
Sy non lo ençendían dentro en la natura
De la mujer mesquina, otro non les atura.

Sy dava uno a otro el fuego o la candela,
Amatávase luego; veníen todos a ella,
Ençendíen ally todos como en gran çentella:
Ansy vengó Virgillio su desonrra e querella.

Después desta desonrra e de tanta verguença,
Por fazer su loxuria Vergilio en la dueña,
Desencantó el fuego, que ardiese en la leña,
Fizo otra maravilla, qu'el ome nunca ensueña.

Todo el suelo del ryo de la çibdad de Roma,
Tiberio, agua cabdal, que muchas aguas toma,
Fízol' suelo de cobre, reluze más que goma:
A dueñas tu loxuria desta guisa las doma.

Desque pecó con ella, sentióse escarnida,
Mandó far escalera de torno, enxerida
De navaxas agudas, porque a la sobida,
Que sobiese Virgilio, acabase su vida.

El ssopo que era fecho por su escantemente;
Nunca más fué a ella nin la ovo talente:
Ansy por la loxuria es verdaderamente
El mundo escarnido e muy triste la gente.

De muchos ha, que matas, non sé uno que sanes;
Quantos en tu loxuria son grandes varraganes,
Mátanse asy mesmos los locos alvardanes:
Contesçe como el águila con los nesçios truhanes.



Arcipreste de Hita. Libro de Buen Amor. Versos 257 - 269.

La clave en todo esto, y es la culerez que hizo Virgilio, fue que el fuego tuviera que ser hecho en la natura de la chava (entiéndase por natura partes pudendas). Lo que supondría una tremenda cola a la puerta de la mujer, y todos metiendo sus leños ahí para hacer fuego. Castigo tremendo.

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