Del pecado original
Para el pecado original había tres alternativas de castigo: la más benévola fue la real, la expulsión del paraíso; la segunda: destrucción del paraíso; la tercera (y éste hubiera sido el castigo peor): aislamiento de la vida eterna y continuación inalterable de lo demás.
- Los ocho cuadernos en Octavo. De Obras completas, tomo II. Traducción Carlos Félix Haeberle. Franz Kafka.
Lo que quiere decir la tercera sentencia, que puede parecer un poco críptica, es que existiera el paraíso pero no la vida eterna. Lo que sería infinitamente más cruel, ya que si viviésemos en el paraíso la muerte sería penosísima comparada con la muerte después de vivir en este mundo, tan lleno de imperfecciones.
Disfruten de no vivir en el paraíso. Memento mori.
Saludos.
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no creo que sería tanto el morir de la pena, sino seguir viviendo en el Paraíso (lo máximo en términos de lugar de estancia), estando consciente de la mortalidad de uno mismo.
pregunto entonces, ¿a donde se iría después de la muerte si el jardín es el paraíso?
creo que cualquier otra cosa sería infierno. pero el colmo sería pensar en esas cosas estando ahí en el jardín.
vaya ironía pues: paraíso en vivo, infierno en mente.
Deja de cambiar el sentido de mis reflexiones, Chonny. Después de vivir en el paraíso no viene el infierno. Viene la nada. La terrible, horrible y espantosa nada. Lo que tú dices está contemplado en la segunda opción.
Salut!
guergana, no pretendo cambiar nada, sino presento opinión propia.
para eso, creo que debí haber empezado con "para mí, no sería tanto el morir de la pena..."
en fin, creo que tienes razón en cuanto el infierno y la nada. aunque para mí, la "terrible, horrible y espantosa nada"
me sonaría como un infierno.
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