Impresiones sobre Oscar Wilde
Curiosa la impresión que le causó a un viajero mexicano la vista de Oscar Wilde: "... Retes viene a manifestarme que viaja con nosotros Oscar Wilde. ¿Quién es Wilde? le pregunto. Un individuo que ha llegado a hacerse de gran popularidad en este país hablando mal, en conferencias públicas, de todo lo que ha encontrado en él. ¿Y cuáles son los puntos de sus críticas? El mal gusto dominante. Es un apóstol de la estética y hace una cruzada para introducir los buenos principios, cruzada que le deja bastante dinero, pues los teatros y salones se llenan para oírlo. ¿Habrá hablado, por supuesto, de los edificios? Ha dicho a los americanos que si quieren hacer construcciones feas empleen el ladrillo; pero que no malgasten el mármol y el granito. ¿Y qué más ha agregado? Pretende que la costumbre de embarazar las aceras de las calles con artículos de comercio de todas clases, no tiene nada de estético. Sus reformas se extienden hasta los trajes y opina que en vez de esas dos columnas llamadas pantalones, deben lucirse las formas con medias elegantes y llevar, hombres y señoras, sobre el pecho una flor amarilla. Pero lo de las medias no se referirá a los flacos; a menos que no se aconseje al mismo tiempo, el uso de algodón dentro de ellas."
"... Era un inglés alto y robusto, con modales afeminados que contrastaban desastrozamente con su naturaleza vigorosa. Llevaba el cabello largo, dividido por raya en medio; un saco de terciopelo, medias y zapatos con hebilla. Los americanos se vengaron buscándole esta parte ridícula."
Nota sobre el primer fragmento: Observaciones que no vendrían nada mal a nuestra época. Exceptuando el uso de medias para "acentuar las formas". Cosa que provocaría la hilaridad general, sobre todo en el caso de los hombres y para acabar de matarnos de la risa: con algodón para disimular la escasez de formas. Acepto la flor amarilla.
Nota sobre el segundo fragmento: Ah, estoy enamorada.
Alabado sea Oscar Wilde, venga a nosotros su ridiculez.
"... Era un inglés alto y robusto, con modales afeminados que contrastaban desastrozamente con su naturaleza vigorosa. Llevaba el cabello largo, dividido por raya en medio; un saco de terciopelo, medias y zapatos con hebilla. Los americanos se vengaron buscándole esta parte ridícula."
Nota sobre el primer fragmento: Observaciones que no vendrían nada mal a nuestra época. Exceptuando el uso de medias para "acentuar las formas". Cosa que provocaría la hilaridad general, sobre todo en el caso de los hombres y para acabar de matarnos de la risa: con algodón para disimular la escasez de formas. Acepto la flor amarilla.
Nota sobre el segundo fragmento: Ah, estoy enamorada.
Alabado sea Oscar Wilde, venga a nosotros su ridiculez.
2 Invaluables opiniones:
Hasta para ser ridículo se necesita estilo.
Y wilde lo logró.
WILDE ES LA NETA AJJAJJA
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