martes, enero 24, 2006

Mis ídolos

O Putitos que me hacen llorar en el transporte público.

A propósito de terminar de leer El retrato de Dorian Gray (sí, ya sé que lo leyeron en la secundaria) quiero hacer pública la inclusión de Oscar Wilde a la lista de las personalidad más influyentes en mi vida. La lista hasta ahora no está muy llena, pero ahí va:

1. Julio Cortázar.
2. Freddy Mercury.
3. Oscar Wilde.

No hay que olvidar que todos ellos me atraen sexualmente de maneras indecibles y que de todos ellos se murmura que les gusta aquello del homoerotismo, claro está, unos más que otros (véase Mercury, Freddy).

Esto va estrechamente ligado a mi nueva obsesión, que bien serviría para título de tesis que dejaría boquiabiertos a dos o tres darketos literatos de la UNAM. La amoralidad en la literatura clásica de los siglos XVIII y XIX. Igual, la lista es escasísima, les agradecería referenciar:

1. Dorian Gray.
2. Don Juan.
3. Personas de las que habla Stendhal en su Del amor.

Entiéndase por amoralidad la no separación entre el bien y el mal. Esto explica el por qué nuestros personajes hacen todo lo posible por experimentar todos los placeres de la vida intensamente sin tener que ayudar después a los niños pobres para expiar sus culpas hipócritamente. Cabe resaltar que todos estos personajes deben contar con cantidades ridículas de dinero para llevar a cabo sus fantasías, cosa que me excluye por completo de formar parte del cuadro, pero que no me impide vivir sus excesos sentada cómodamente en el sofá, en el metro, o en algún lugar donde todavía los ruidosos chilangos y el tráfico me dejen leer en paz.

Propongo hoy:

1. olvidar sus tontos sentimientos de culpa.
2. visitar mi nuevo flickr (por ahora sólo fotos viejas, pero desde este fin ya tendré cámara).
3. leer El retrato de Dorian Gray.
4. defender sus ideas a toda costa.
5. ayudar con curso de After Effects para la pieza de video que quiero hacer en homenaje a Oscar Wilde.
6. poner comentarios acá en su siempre actualizado blog.

2 Invaluables opiniones:

Blogger Jesus Torrivilla dijo, aunque sin mucho sentido ...

Es usted quien molesta mi lectura, su prima y usted se asoman a cada rato para mofarse de mí con sus risas pícaras. No importa, bien vale la pena el sacrificio.

El Retrato de Dorian Gray es fundamental al igual que mucho del material de Oscar Wilde. Para utilizar vocabulario fashion y simplista, La importancia de llamarse Ernesto es "hilarious", se la recomiendo.

Es propio de mi pensar, que mucho más fabuluso sería titular su tesis como ha titulado este post. Y sí, Oscar Wilde era un putito ejemplar, pero todo en la vida es cuestión de actitud (Sony Intertaniment dixit).

mié ene 25, 05:03:00 a.m.  
Anonymous Neida dijo, aunque sin mucho sentido ...

Para mi leer Oscar Wilde es toda una reflexion Filosofica, me he convencido de que a lo que más se le puede temer es a ser Ordinario, y el peor insulto es llamar a alguien Ordinario, jajaja pero se dara el caso que aquel al que llames ordinario, sea tan ordinario, que no entienda el insulto.


La culpa es la necesidad de aceptación, al menos yo, casi no siento culpa en mi vida, mas que al llegar tarde por milesima vez a mi trabajo. Me siento mal vista...

En cambio no me causa culpa que mi vida Familiar no llene las expectativas de mi madre.

lun sept 21, 05:29:00 p.m.  

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