Paradise Lost
Con disculpas al lector, tendré que aprovechar este espacio para decirle al mundo de la triste realidad de mi pueblo Cuernavaca.
Antes le decían el lugar de la eterna primavera. Un nuevo edén. Mi mamá me cuenta de un tiempo en Cuernavaca donde los niños bajaban a la barranca a cortar guayabas. Qué triste que esa realidad se haya acabado, porque con la llegada de miles y miles y miles de personas del otras partes de la república, el nuevo edén se convirtió en otro pueblo más, contaminado y altamente transitado. Ya nadie le importa el lugar donde vive porque ahí no es su casa, no vienen de ahí. Ahí no nacieron. Ahí no es su casa, y creo que Zapata estaría de acuerdo conmigo porque la tierra es de quien la trabaja. Bola de huevones ignorantes.
Ahora es un basurero Cuernavaca, literalmente. Hace un tiempo los dueños del terreno donde el gobierno llevaba la basura impidieron el paso de los camiones de basura. El gobierno dejó de recoger basura pero la gente no dejaba de tirarla. Y como nadie la recogía se amontonaba en las esquinas, en las calles, por todas partes. Y nadie hace nada más quejarse y tirar más basura. Se ha amontonado, hay muros de basura. La sociedad se ha revuelca en la suciedad. Nadie hace nada. Con pena digo que mi pueblo es un basurero y con pena digo que soy de Cuernavaca, de ahí de donde la gente no recoge su basura.
Seguramente se resolverá el problema, pero mientras los mantendré al tanto de los acontecimientos de mi pueblo, de mi lindo basurero, Cuernavaca.
Antes le decían el lugar de la eterna primavera. Un nuevo edén. Mi mamá me cuenta de un tiempo en Cuernavaca donde los niños bajaban a la barranca a cortar guayabas. Qué triste que esa realidad se haya acabado, porque con la llegada de miles y miles y miles de personas del otras partes de la república, el nuevo edén se convirtió en otro pueblo más, contaminado y altamente transitado. Ya nadie le importa el lugar donde vive porque ahí no es su casa, no vienen de ahí. Ahí no nacieron. Ahí no es su casa, y creo que Zapata estaría de acuerdo conmigo porque la tierra es de quien la trabaja. Bola de huevones ignorantes.
Ahora es un basurero Cuernavaca, literalmente. Hace un tiempo los dueños del terreno donde el gobierno llevaba la basura impidieron el paso de los camiones de basura. El gobierno dejó de recoger basura pero la gente no dejaba de tirarla. Y como nadie la recogía se amontonaba en las esquinas, en las calles, por todas partes. Y nadie hace nada más quejarse y tirar más basura. Se ha amontonado, hay muros de basura. La sociedad se ha revuelca en la suciedad. Nadie hace nada. Con pena digo que mi pueblo es un basurero y con pena digo que soy de Cuernavaca, de ahí de donde la gente no recoge su basura.
Seguramente se resolverá el problema, pero mientras los mantendré al tanto de los acontecimientos de mi pueblo, de mi lindo basurero, Cuernavaca.
posteado por Anónimo a las 7:38 p.m.
4 Invaluables opiniones:
El basurero que mencionas fue bloqueado por la gente que vive cerca, la causa: de los montones de basura se escurrían líquidos de aspecto sospechoso, la gente comenzó a enfermar y decidieron bloquear el paso de la basura de Cuernavaca. Éste problema viene desde hace años, nadie hizo nada, obvio la gota ha sido derramada. Cuernavaca es hoy un ejemplo de la poca efectividad del vivir humano, basura, basura, basura, ¿Cuánta basura hacemos en un día? Estamos acostumbrados a los servicios de recolección...¿nos preguntamos a dónde va toda nuestra basura? ¿Hacemos algo por evitar uno de los peores paisajes hijos de las ciudades: tiraderos de basura donde se mezcla lo orgánico con desperdicios clínicos, pañales, latas, envolturas...lo que volvemos inservible. Ya lo dijiste, la sociedad se revuelca en sus desperdicios y no puedo evitar pensar qué pasará el día que se saturen los basureros, la basura se derramará de nuestras casas, las calles se perfumarán de excremento y seguiremos sin entender, tal y como sucede en la ciudad de la eterna primavera, nombre que se ha quedado en campaña publicitaria...todavía recuerdo aquel tiempo en que lo que hoy es una plancha de concreto era el suelo de inmensos árboles que sombreaban la plaza de armas...
A veces me da pena decir que pertenezco a una raza que no entiende que su hogar no se limita por fronteras y que es, sin duda, todo un planeta.
Si llevaran la basura a donde viven los diputados y la clase política, verás qué rápido se moverá todo para solucionar el problema.
Pues no es mala idea la de Jonathan, no es cierto. Lástima, así suele suceder en este país al que le importa todo menos su país.
Chonny, si vas a pedir disculpas al lector para escribir algo mejor no lo escribas.
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