lunes, julio 30, 2007
jueves, julio 12, 2007
martes, julio 10, 2007
Sobre la deshumanización
[...] estamos ante una variante de las sucesivas tentativas de deshumanización que han sufrido los hombres desde el comienzo de la historia.
En el siglo XVI los europeos decidieron que los indios americanos no eran totalmente racionales. Lo mismo se dijo en otras ocasiones de los negros, los chinos, los hindúes y otras colectividades. Deshumanización por la diferencia: si ellos no son como nosotros, ellos no son enteramente humanos. En el siglo XIX Hegel y Marx estudiaron otra variedad, fundada no en la diferencia sino en la enajenación. Para Hegel la enajenación es tan vieja como la especie humana: comenzó en el alba de la historia con la sumisión del esclavo a la voluntad de un amo. Marx descubrió otra variante, la del trabajador asalariado: la inserción de un hombre concreto en una categoría abstracta que lo despoja de su individualidad. En ambos casos literalmente se roba a la persona humana de una parte de su ser, se reduce el hombre al estado de cosa e intrumento. Tocó a los nazis y a los comunistas llevar a su conclusión final estas mutilaciones psíquicas. Los dos totalitarismos se propusieron la abolición de la singularidad y diversidad de las personas: los nazis, en nombre de un absoluto biológico, la raza; los comunistas, en nombre de un absoluto histórico, la clase, representada por una ortodoxia ideológica encarnada en un Comité Central. Ahora, en nombre de la ciencia, se pretende no el exterminio de este o aquel grupo de individuos sino la fabricación en masa de androides.
- De La llama doble. Octavio Paz.
Sobre de la desaparición del alma
[...] el cuerpo se ha convertido más y más en un mecanismo y lo mismo ha ocurrido con el alma. Cambios en la genealogía del hombre: primero, criatura de Dios; después, resultado de la evolución de la evolución de las células primigeneas; y ahora mecanismo. La inquietante ascensión de la máquina como arquetipo del ser humano dibuja una interrogación sobre el porvernir de nuestra especie.
- De La llama doble. Octavio Paz.
domingo, julio 08, 2007
People like people because they like one another. And people don't trust one another thoroughly like an animal and a human being. I can know you very well. But when I turn my back, I don't know you. Not truly. But my little dog... I can turn my back on my little dog and I know he's back there. He's my little friend. He's not gonna jump on me or bite me or anything like that. But human beings cannot be this way.
jueves, julio 05, 2007
Cosas por las que vale la pena vivir
1. Los libros (en especial los de Julio Cortázar y Octavio Paz).
2. Las pedas.
3. México.
4. Tona.
5. Liliana.
6. Camilo.
7. Aarón y Moi.
(Y, por supuesto, mi amadísimo Folluelo. Te amo, Folluelo).
2. Las pedas.
3. México.
4. Tona.
5. Liliana.
6. Camilo.
7. Aarón y Moi.
(Y, por supuesto, mi amadísimo Folluelo. Te amo, Folluelo).
miércoles, julio 04, 2007
Miss España 2001
Ah, España. ¿No la aman? No digo más porque luego Begoña se enoja conmigo.
Aunque bueno, esto supongo que lo diría también Miss México. Oh, bellas y tontas mujeres.
martes, julio 03, 2007
lunes, julio 02, 2007
About boring things
«If something is boring after two minutes, try it for four. If still boring, then eight. Then sixteen. Then thirty-two. Eventually one discovers that it is not boring at all.» (John Cage)
«I like boring things. I like things to be exactly the same over and over again.» (Andy Warhol)
Taken from the essay No More Boring Art by John Miller. @medienkunstnetz
Yo también amo las cosas aburridas, como estar en casa poniendo cosas en mi blog, como en los viejos tiempos.
Falleció Priamo Lozada
+ falleció el 13 de junio de 2007 en un hospital en Mestre cerca de Venecia, a consecuencia de un accidente durante las preparaciones del pabellón mexicano en la 52a Bienal de Venecia.
Tomado de la página de la Bienal de Venecia.
Noticia.
domingo, julio 01, 2007
Malilla
La malilla es el síndrome de abstinencia, el dolor que indica que ya es hora de curarse, tirarse —inyectarse— otra vez.
—¿Qué se siente con la malilla? —se le pregunta a un envejecido hombre de 53 años, que habita en un cuarto diminuto que también funciona como picadero.
— Muchas cosas. Estornudos, ansiedad, fríos, dolor de huesos, falta de apetito, se suelta uno del estómago. Y con el tiempo sube de intensidad.
—¿Qué siente al inyectarse?
— Bienestar. Haga de cuenta una medicina. Hasta se puede dormir.
- Crónica del uso de drogas intravenosas en Ciudad Juárez. Por Fernando Mino.
Publicado en el Número 131 de Letra, suplemento de La Jornada.
Publicado en el Número 131 de Letra, suplemento de La Jornada.