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Curso dandalú

Querido lector, poco a poco irán saliendo las cosas que he aprendido en mis largas vacaciones. Les dejo aquí con el Curso Dandalú, para que sepan cómo comportarse en caso de encontrarse en la hermosísima flamenquística gitano acalorada musical región andaluza.

¡Y olé!

Yo no nací para amar

Queríos y mu estimaos lectores. De vuelta a Barcelona a la alcoholizada realidad después de flamenquísticos y salvajes amoríos en la Alhambra coincido con Juan Gabriel en que algunas personas no hemos nacido para amar. Más que nadie sé que nada es para siempre, pero las cosas de amores para las niñas que tenemos tiernos los corazones han de durar más de dos semanas. Me inclino ante el maestro y no puedo decir nada más que ¡olé!

Joer.




A mis dieciseis
Anhelaba tanto
Un amor que no llegó.
Siempre lo esperé
Todos mis amigos,
Se encontraban,
En la misma situación.
Y después yo vi,
Como iban cambiando,
Su manera de vivir.
Todos con su amor,
Cada uno de ellos,
Muy sonrientes muy felices,
Menos yo.

Y la soledad,
Cada vez más triste,
Y más oscura yo viví.
Y a esa edad,
Todos preguntaban los motivos,
Yo solia siempre decir.

Yo no nací para amar,
Nadie nació para mí,
Tan solo fui,
Un loco soñador nomás.
Yo no nací para amar,
Nadie nació para mí,
Mis sueños nunca,
Se volvieron realidad.

Siempre lo busqué,
Pero, nunca pude,
Encontrar ese amor.
Siempre lo esperé,
Y en todas partes que esperaba,
Ese amor nunca llegó.
Hoy mi soledad,
Cada vez más triste,
Y más oscura pueden ver.
Hoy en esta edad,
Aún me preguntan mis amigos,
Y es triste responder.

Yo no nací para amar
Nadie nació para mí
Tan solo fui
Un loco soñador nomás
Yo no nací para amar
Nadie nació para mí
Mis sueños nunca,
Se volvieron realidad.

Yo no nací para amar,
Nadie nació para mí,
Tan solo fui,
Un loco soñador nomás.
Yo no nací para amar,
Nadie nació para mí,
Mis sueños no se realizaron.
Yo no nací para amar.

Payos

Guardianes.
Administradores.
De la propiedad
privada.

¿Hombres?

En Barcelona hay puretas, yonkis, guays, culturetas, pijos, porreros, guiris, punkis, fachas, popis... Todo mundo parece tener claro cómo debe vestirse y qué tiene que decir en cada situación, y todos parecen haberlo visto todo, siempre tienen algo que opinar e ideas claras sobre cualquier tema. Sobre todo de las ciudades europeas en boga, cockteles, drogas, museos y celebridades disponibles próximamente en algún festival. El dinero es el nuevo Dios. Trabajar y luego dejar el dinero en los bares, donde hay excelentes conversaciones acerca de los bares del barrio de al lado y los problemas con los compañeros de piso.

Sólo conozco a una persona enamorada de la misma persona por más de dos semanas. Todo es fugaz, superficial y cuesta dinero.

Extraño a las personas. Que conversan sólo por conversar. Que no consumen drogas para acceder a estados de ilusoria felicidad. Que alguna vez sintieron el amor o lo buscan. Que no piensan que todos los hombres son unos cabrones y las mujeres todas unas carceleras o unas furcias.

Extraño el mundo que me había creado en los libros de ficción.

No tengo lugar

A raíz de haber alquilado la sexta, sí, guapo lector, LA SEXTA, habitación en Barcelona (en un barrio increíble por un precio dentro lo que se puede llamar razonable en un mercado tan especulativo) me doy cuenta de que no tengo lugar, como la canción.

La única habitación que realmente habito es mi cuerpo y de esa no me puedo cambiar. Hasta ahora la he ensuciado más de lo que la he limpiado, pero siendo el único equipaje y habitación que tengo debería tratarlo con más cuidado.

Oh, dulce y gordito cuerpo mío.