sábado, noviembre 22, 2008

En boca cerrada no entran moscas

o guerra avisada no mata soldado.

Los héroes literarios y al menos uno de los géneros literarios de la cultura española demuestran claramente la grandiosidad del pillaje, la fechoría, ora sí que la maldá y el gran gusto en ser hijoputa que obtienen algunos.

La novela picaresca nació como parodia de las demasiado idealizadoras narraciones del Renacimiento: epopeyas, libros de caballerías, novela sentimental, novela pastoril... El fuerte contraste con la realidad social generó como respuesta irónica antinovelas de carácter antiheroico protagonizadas por anticaballeros que amaban a antidamas en países que, como España, mostraban lo bruto y lo sórdido de la realidad social de los hidalgos empobrecidos, los miserables desheredados y los conversos marginados frente a los caballeros y los indianos enriquecidos que vivían en otra realidad que era observada solamente por encima de sus cuellos engolados.

Por otra parte, la novela picaresca es según Herrero García,

Un producto pseudoascético, hijo de las circunstancias peculiares del espíritu español, que hace de las confesiones autobiográficas de pecadores escarmentados un instrumento de corrección.

El Don juan Tenorio.

También llamado burlador o libertino, se trata de un seductor valiente y osado hasta la temeridad que no respeta ninguna ley divina o humana; en algunas versiones se arrepiente al final de sus días, en otras no.

Y la Carmen, de Merimée:

Durante un viaje por el sur de España, el narrador (un arqueólogo francés) conoce a Don José, un ex militar de origen vasco. Don José le cuenta una historia terrible: sus amores con Carmen, una gitana sensual que se cruzó por su camino, le apartó del Ejército y le arrastró hacia el delito, convirtiéndole en un bandido. Don José, ciego de amor por Carmen, toleró que estuviera casada con un bandolero llamado «El Tuerto», a cuya banda Don José se unió y con el que colaboró en emboscadas y crímenes hasta que por celos lo desafió y mató en una pelea de cuchillos. Posteriormente Carmen se unió a un torero llamado Lucas. Don José no pudo soportar el desdén de Carmen y la acuchilló y sepultó. Tiempo después, presa del remordimiento, Don José se entrega y es condenado a muerte.


Amo España, y olé.

Y bueno, toda esa información está en Wikipedia.

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