sábado, diciembre 20, 2008

Reporte

Ya no me voy a quejar de Barcelona, sí pasan cosas aquí, soy yo la qeu está encerrada en mi rutina de trabajo-depresión-borrachera-trabajo.

1

Viernes por la mañana. Voy caminando al trabajo y me encuentro a X... tiene los ojos y los poros super abiertos. Ni que decirme tiene que viene hasta los huevos de algún químico raro. Total. Me dice que viene del Barato, un bar del raval que es de los pocos que abren después de las tres de la mañana y hasta bien tarde.

X: Tengo una coca muy buena.
Yo: ah, voy a trabajar.
X: ¿no quieres una rayita?
Yo: No, voy a trabajar
X: ¿No puedes trabajar con una rayita?
Yo: ¡Son las diez de la mañana! ¡Adiós!

Me fui corriendo, además de que estaba llegando tarde, para variar.

2

Vi a la mujer más guapa que he visto en mi vida. Se llama Remedios Amaya, es gitana y cantaora flamenca. En la cola del Apolo estaba todo el gitanerío de Barcelona. Pensé que igual iba a flecharme por otro gitano pero los gitanos de Barcelona son feos, no son como los de Andalucía.




Saldos:
a) un desmayado en la cola. De repente se cayó al suelo y se quedó ahí, no supe qué pasó con él porque ya me tocaba entrar.
b) a medio concierto de repente se empezó a juntar gente adelante. Parece que otro desmayado.

A mí no me parece que haya sido por la emoción de ver a Remedios Amaya -ni al Farruco, que estaba al baile, papito- sino que me imagino que tendría que ver con los mismos químicos raros del señor X.

3

Llego a mi casa después de una presentación de un corto que fue después del concierto y está Raúl con Sirag, su novia y un chico nuevo, que se llama Marc. Sirag acaba de salir en un anuncio de Nike creo, maldito desgraciado. Total, el Marc nos cuenta que su novia lo ha dejado por otra chica. Mejor me voy a dormir. Ya es demasiado para mí por el día, además ya el último vaso de whiski ya me estaba matando.

4

Me despierto hoy con un no sé qué de que no quiero ir al trabajo, porque normalmente los sabadabas son míos para hacer lo que quiera, joder, que casi siempre es estar cruda en la cama oyendo a Camarón. En ese no sé qué que me dió me salgo a caminar al lado de la playa, voy caminando rumbo a Badalona y descubro un minicacho de playa que se han apañado como nudista unos hombres. Hay un viejo desnudo. Un wey más joven con su esa cosa parada y otro como hindú masturbándose alegremente. Estaba parado, con una gorra y como mirando no hacia el mar sino hacia adentro. Intenté pasar sin hacer ninguna expresión como si eso lo viera todos los días, pero pasé al lado de él, lo miré a la cara, me sonrió y le sonreí. Ahí se acabó mi camino. Cogiendo y volviendo por el caminito dorado a casita. A recoger botellas de Ballantines.

1 Invaluables opiniones:

Blogger Ana Jácome dijo, aunque sin mucho sentido ...

Caminar es como un suspiro prolongado, no? Siempre me aliviana, me cura...tu caminata se oye por más, inusual y bien detallada...
un saludo esa

p.d. quejarse no es tan malo.

lun dic 22, 07:12:00 p.m.  

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