Mas impresiones sobre España
Estas impresiones las podría escribir yo. Pero se disfruta el placer de verlas mejor escritas, y de comprobar que el carácter nacional no cambia, a pesar del paso del tiempo. Así que ahí les van, impresiones sobre Madrid, de Gerald Brenan.
Sobre la negación:
"Viniendo del sur, lo primero que nos llamó la atención mientras paseábamos por las calles fue el sibilante sonido del acento castellano. Hay un constante silbido amortiguado como de serpientes. Pero no escuchen sonidos, sino palabras. Entonces oirán, como disparos intermitentes, un flujo de No No No Nada Nada Nada. Esa gente parece estar siempre negando o rechazando algo. Si el idioma de la Provenza acostumbraba a ser conocido como la langue d'oc y el de Francia como la langue d'oïl y el de Italia como la langue de si, entonces decididamente el español debería ser llamado la langue de no."
- Brenan, Gerald. "La Faz de España". Península. Barcelona. 2003. Pág 265.
Sobre la bipolaridad inherente a la raza española:
"El sentido moral puede verse sorprendido por el contraste entre riqueza y miseria, pero uno se sentirá estimulado pese a sí mismo por la sensación de vida. Los españoles se lanzan tanto al placer como al dolor más franca y completamente que otras razas. Corren abiertamente hacia el uno y, cuando lo han perdido, se sumergen en el otro. Uno imagina que en el limbo debe de haber muy pocas almas de origen español, puesto que para ellos el mayor mal es algo opaco y carente de sensaciones. Y, por supuesto, las grandes por las que pasan dejan un residuo en sus rostros, que es más apreciable aún debido a lo prominente de sus rasgos. Las expresiones que uno puede ver en la gente de más de cincuenta años son a menudo extraordinarias."
- Op. cit. Pág. 269.
"Porque hay dos aspectos del alma española que se corresponden como el día y la noche. El español diurno es el hombre que uno ve, sociable, positivo, capaz de grandes estallidos de energía y animación, con un carácter más bien propio del siglo XVIII, y no muy imaginativo. En su conducta ordinaria es una persona más bien simple [...]. El otro lado de la naturaleza española no puede uno verla, debido a que raramente se muestra con claridad en la superficie. Pero uno puede adivinarla fácilmente, porque es su silencioso manar en la conciencia lo que a las cosas españolas ese extraño e inexplicable acento que todo el mundo reconoce. Yo lo llamaría el lado nocturno de la vida española -aunque igualmente podría ser llamado su lado siglo XVII-, porque está profundamente asociado con pensamientos de muerte y desprecio por la vida.
¡Menosprecio por la vida! Esa frase es como una campana que repica a lo largo de toda la historia de España. Los españoles son grandes destructores. ¿Es su orgullo - ese orgullo por el que siempre han sido famosos- lo que les hace despreciar todos los detalles y trivialidades de la vida cotidiana? Nada es suficientemente bueno para ellos..., ese es el primer estadio de su inmenso egoísmo: en el segundo estadio nada es bueno en absoluto, puesto que la vida y el mundo no durarán siempre. Todo o nada. Es esta actitud la que ha creado tanto fanatismo español como el misticismo español."
- Op. cit. pág. 271.
"Madrid, al contrario de Londres, es una auténtica capital. Aquí en este región desértica y polvorienta, con su pobreza y su tedio y sus insolubles problemas, ha surgido una capital que es espléndida, espaciosa y enteramente hecha para la vida humana. Todo el mundo en ella tiene dinero o pretende tenerlo. Las tiendas están llenas de alimentos de lujo, cada pocos metros hay un café o un tentador bar, las calles y parques están repletos de gente que parece que no tengan otra cosa que hacer aparte de pasear. Cualquier cosa que pueda recordar a la gente de esta ciudad que su región es pobre, sus pueblos están deteriorados, sus trabajadores van vestidos con andrajos y se mueren de hambre, es discretamente echada a un lado. La vida es para exhibirla y gozarla. La juventud es el tiempo para el placer. No debe permitirse nada que recuerde lo difícil de la situación nacional. [...] Esa ociosa clase buscadora de dinero y dedicada al gobierno del país se juega España cada noche del mismo modo que en los tiempos de la Regencia los jóvenes señores acostumbraban a jugarse sus propiedades ancestrales. ¡Dinero, dinero, dinero! Hay que buscar dinero a todo trance para pagar las deudas, para incurrir en otras nuevas, para respirar a bocanadas más y más profundas esa vida intoxicante."
- op. cit. Págs. 277- 278
Ora sí, lector, si vas a venir, vente prevenido: tal vez mueras joven, pobre y sin grandes acciones ni pensamientos, pero lo bailado, oh, lo bailado...
Además, ¡changos!... pienso en los problemas de Latinoamérica y es que, manos, ser colonizados por una cultura asín, pos ora sí que lo deja a uno como medio confundido.
Salud.
Sobre la negación:
"Viniendo del sur, lo primero que nos llamó la atención mientras paseábamos por las calles fue el sibilante sonido del acento castellano. Hay un constante silbido amortiguado como de serpientes. Pero no escuchen sonidos, sino palabras. Entonces oirán, como disparos intermitentes, un flujo de No No No Nada Nada Nada. Esa gente parece estar siempre negando o rechazando algo. Si el idioma de la Provenza acostumbraba a ser conocido como la langue d'oc y el de Francia como la langue d'oïl y el de Italia como la langue de si, entonces decididamente el español debería ser llamado la langue de no."
- Brenan, Gerald. "La Faz de España". Península. Barcelona. 2003. Pág 265.
Sobre la bipolaridad inherente a la raza española:
"El sentido moral puede verse sorprendido por el contraste entre riqueza y miseria, pero uno se sentirá estimulado pese a sí mismo por la sensación de vida. Los españoles se lanzan tanto al placer como al dolor más franca y completamente que otras razas. Corren abiertamente hacia el uno y, cuando lo han perdido, se sumergen en el otro. Uno imagina que en el limbo debe de haber muy pocas almas de origen español, puesto que para ellos el mayor mal es algo opaco y carente de sensaciones. Y, por supuesto, las grandes por las que pasan dejan un residuo en sus rostros, que es más apreciable aún debido a lo prominente de sus rasgos. Las expresiones que uno puede ver en la gente de más de cincuenta años son a menudo extraordinarias."
- Op. cit. Pág. 269.
"Porque hay dos aspectos del alma española que se corresponden como el día y la noche. El español diurno es el hombre que uno ve, sociable, positivo, capaz de grandes estallidos de energía y animación, con un carácter más bien propio del siglo XVIII, y no muy imaginativo. En su conducta ordinaria es una persona más bien simple [...]. El otro lado de la naturaleza española no puede uno verla, debido a que raramente se muestra con claridad en la superficie. Pero uno puede adivinarla fácilmente, porque es su silencioso manar en la conciencia lo que a las cosas españolas ese extraño e inexplicable acento que todo el mundo reconoce. Yo lo llamaría el lado nocturno de la vida española -aunque igualmente podría ser llamado su lado siglo XVII-, porque está profundamente asociado con pensamientos de muerte y desprecio por la vida.
¡Menosprecio por la vida! Esa frase es como una campana que repica a lo largo de toda la historia de España. Los españoles son grandes destructores. ¿Es su orgullo - ese orgullo por el que siempre han sido famosos- lo que les hace despreciar todos los detalles y trivialidades de la vida cotidiana? Nada es suficientemente bueno para ellos..., ese es el primer estadio de su inmenso egoísmo: en el segundo estadio nada es bueno en absoluto, puesto que la vida y el mundo no durarán siempre. Todo o nada. Es esta actitud la que ha creado tanto fanatismo español como el misticismo español."
- Op. cit. pág. 271.
"Madrid, al contrario de Londres, es una auténtica capital. Aquí en este región desértica y polvorienta, con su pobreza y su tedio y sus insolubles problemas, ha surgido una capital que es espléndida, espaciosa y enteramente hecha para la vida humana. Todo el mundo en ella tiene dinero o pretende tenerlo. Las tiendas están llenas de alimentos de lujo, cada pocos metros hay un café o un tentador bar, las calles y parques están repletos de gente que parece que no tengan otra cosa que hacer aparte de pasear. Cualquier cosa que pueda recordar a la gente de esta ciudad que su región es pobre, sus pueblos están deteriorados, sus trabajadores van vestidos con andrajos y se mueren de hambre, es discretamente echada a un lado. La vida es para exhibirla y gozarla. La juventud es el tiempo para el placer. No debe permitirse nada que recuerde lo difícil de la situación nacional. [...] Esa ociosa clase buscadora de dinero y dedicada al gobierno del país se juega España cada noche del mismo modo que en los tiempos de la Regencia los jóvenes señores acostumbraban a jugarse sus propiedades ancestrales. ¡Dinero, dinero, dinero! Hay que buscar dinero a todo trance para pagar las deudas, para incurrir en otras nuevas, para respirar a bocanadas más y más profundas esa vida intoxicante."
- op. cit. Págs. 277- 278
Ora sí, lector, si vas a venir, vente prevenido: tal vez mueras joven, pobre y sin grandes acciones ni pensamientos, pero lo bailado, oh, lo bailado...
Además, ¡changos!... pienso en los problemas de Latinoamérica y es que, manos, ser colonizados por una cultura asín, pos ora sí que lo deja a uno como medio confundido.
Salud.
1 Invaluables opiniones:
Guergana, ¡ay! Cómo me gusta tu blog :)
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