Hola, chicos, he vuelto:
Cuando un mono hembra quería dirigir una "señal sexual" a un macho, explica Desmond Morris, le mostraba ostensiblemente su trasero. Y he aquí el milagro: las hembras de muchas especies de monos tienen un trasero que, cuando se acerca la ovulación, se enciende, poniéndose tan rojo como un pimiento morrón, y se hincha ostensiblemente. La cópula se produce generalmente cuando ellas exhiben sus órganos en el punto álgido de su dilatación. Así que el macho babuino o chimpancé se pasaba la vida corriendo de un culo rojo a otro, lo que sin duda le permitía olvida su infortunio. El caso de la hembra del hombre es diferente. Su trasero no se hincha con los ciclos menstruales: es siempre protuberante. Así que, a priori, siempre está dispuesta para el macho y puede copular aunque le sea imposible concebir. Eso irritó durante mucho tiempo a la Iglesia Católica.
- De Breve Historia del Culo. Jean-Luc Hennig