Mientras en México y en Estados Unidos se celebra el buen fin, en Venezuela
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dio señales este fin de semana de que se propone desarrollar la doctrina económica que su par de Zimbabue, Robert Mugabe, intentó para bajar la inflación por decreto en 2007, cuando los precios tardaban 15 horas en duplicarse en esa nación del sur de África. Entonces Mugabe, básicamente, “prohibió” la inflación y procedió a cerrar los establecimientos comerciales cuyos propietarios, a quienes acusó de avaros, incrementaran los precios.
Apenas 48 horas después de que el Banco Central de Venezuela (BCV) informara de que en octubre los precios aumentaron un 5%, y que con ello durante un año la tasa de inflación escalaba al 54%, Maduro tomó la idea donde Mugabe la dejó.
El viernes por la noche, en cadena nacional de radio y televisión, anunció la ocupación de las cinco tiendas de una importante cadena de electrodomésticos, Daka, en la que se habrían detectado aumentos “injustificados” de precios. Sin aguardar a que la presunción se convirtiera en certeza, ordenó confiscar los inventarios de Daka y ponerlos de inmediato a la venta a unos “precios justos” que las mismas autoridades gubernamentales establecieron de manera sumaria.
La subasta de artefactos para el hogar resultó un llamado irresistible para miles de compradores que se agolparon frente a las tiendas. El tumulto derivó en saqueo en al menos una de las sucursales de Daka, en Valencia, capital del estado de Carabobo, donde se vio a funcionarios militares y policiales correr con parte del botín.
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