martes, junio 28, 2005

El duelo por un amado

Qué bello es el duelo. Qué tristeza que ya nadie parezca guardar luto por sus relaciones amorosas. Yo no lo hago, y veo que nadie. Mi duelo es privado y no me impide tener otras relaciones. ¿Qué pasó con aquellos duelos escandalosos, llorados a los cuatro vientos? ¿Existieron alguna vez fuera de la literatura? Hacemos lo posible por fingir que no sufrimos: cuánto orgullo.

Un poema de aquellos duelos escandalosos y muy sufridos del Romancero Viejo.

Romance de Fontefrida

Fontefrida, Fontefrida, -- Fontefrida y con amor,
do todas las avecicas -- van tomar consolación,
si no es la tortolica -- que está viuda y con dolor.
Por ahí fuera a pasar -- el traidor del ruiseñor,
las palabras que él decía -- llenas son de traición;
--Si tu quisieses, señora, -- yo sería tu servidor.
--Vete de ahí, enemigo, -- malo, falso, engañador,
que ni poso en ramo verde -- ni en prado que tenga flor,
que si hallo el agua clara, -- turbia la bebía yo;
que no quiero haber marido, --por que hijos no haya, no,
no quiero placer con ellos, -- ni menos consolación.
Déjame, triste enemigo, -- malo, falso, mal traidor,
que no quiero ser tu amiga -- ni casar contigo, no.

El ave se tortura por su dolor: hermosa idea.

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