Amargas soledades
Nació una flor al pie de unas ruinas
donde no la vio nadie:
el sol no más, desde su eterna altura,
supo que aquella flor vivió una tarde-
Así fue mi destino; vegetando
en la aridez de las amargas soledades,
oculta en su dolor, vive mi alma.
¡Dios sólo de ella sabe!
donde no la vio nadie:
el sol no más, desde su eterna altura,
supo que aquella flor vivió una tarde-
Así fue mi destino; vegetando
en la aridez de las amargas soledades,
oculta en su dolor, vive mi alma.
¡Dios sólo de ella sabe!
- Mercedes de Velilla
0 Invaluables opiniones:
Publicar un comentario
<< Home