Me encanta el frío

El frío es lo mejor de lo mejor, pero no el frío tipo nórdico lleno de lluvia (como el berlinés, que tiene todos sometidos a los alemanes), sino el clima templado playero otoñal de Barcelona. No recuerdo qué libro leí en el que un escritor norteamericano pasaba cierto tiempo en un país más sureño (tal vez México a algún país de centroamérica o sudamérica) y decía que el calor era la cosa más horrible del mundo, que por más que intetara pensar claro el calor le entorpecía la mente, entre más horribles injurias al calor. Siempre que viene el frío me voy corriendo a Cuernavaca, pero este año me toca quedarme y disfrutar, ¡sí! disfrutar del frío.

Bueno, ahí van, cosas por las que el frío es mejor que el calor:

1) Piensas más claro.
2) Te sientes más despierto. Si no me creen miren la diferencia entre una clase en Cuerna con aire acondicionado y otra sin, te quedas dormido por el calor.
3) Las hormonas (al menos las mías) están bajo control. No se piensa en sexo todo el tiempo (todo esto aplicado a mí, entiéndase) y se puede leer, ver películas, tener una idea en la mente initerrumpida por pensamientos sobre el apareamiento por más de media hora.
4) Dan un montón de ganas de comer sopas, galletas y chocolates y de quedarse en la casa viendo películas (en vez de no poder estar en casa por el calor insoportable, salir a la calle y acabar bien pedo por no tener más ganas que de tomar chelas).
5) Como el cuerpo está luchando con el medio, quemas calorías, enflacas y te pones más bueno. (Aunque también hay gente que se atasca más cuando hace frío y obtiene el efecto contrario).
6) La gente se va a lugares cerrados y hay mayores probabilidades de conocer gente interesante (aunque en realidad el cambio sólo sea de turistas borrachos en la playa a turistas borrachos en los bares. Este punto necesita revisión).
7) Te puedes poner ropa de invierno, con la que uno siempre se ve más serio y más interesante. No es lo mismo yo en bikini con las lonjotas que yo con un abrigo puesto. Al menos se van con la finta más rato.
8) Todo se ve más limpio. Tal vez las cucarachas y las hormigas hibernen y el polvo no se levante por la lluvia, pero todo se ve más limpio. O tal vez porque uno no tiene ganas de limpiar tampoco se pone a ver el suelo, pero sí, cuando hace frío todo se ve más limpio. O al menos la suciedad se ve diferente, deja de verse sucia, digamos.
9) Uno no tiene que inventar justificaciones para no querer salir. Se puede decir que se está resfriado, que no quiere salir por el frío, que cuesta mucho salir de debajo del edredón y la gente ya no molesta tanto con sus insistencias.
10) Todo está abierto, puede uno ir con seguridad a cualquier lado y no hay el irritante cartelito que dice "Cerrado por vacaciones".

Ya está, ¡viva el frío, camaradas!.