lunes, abril 12, 2010

Dice José Pablo Feinmann, "que Freud aquí va a decir, ¿Qué cogito cartesiano? ¿De qué pensamiento me está hablando Descartes? Si lo que yo veo es que ese pensamiento, hecho razón y hecho sociedad burguesa lo que hace es maniatar a los hombres hasta sofocar y eliminar en ellos sus instintos primarios, los más ricos, los que harían de ellos seres plenos, vitales, saludables, entregados a la gloria de la vida. Por el contrario, están sometidos al malestar de la cultura. A la vida gris de la cultura. Es decir, matan en ellos lo más exaltado, primario y valioso que podrían tener. Si los hombres, librados a sus propios instintos se matan entre sí hay que imponerles la cultura para que puedan vivir juntos, pero al vivir juntos - vivir juntos significa este sofocamiento de sus instintos... - ."

Si no me creen, miren.

Y si no le creen a él, diríjanse directamente a Freud.

¿Qué pensaría Freud si se diera una vuelta por México? ¿Que hicieron bien su tarea de filosofía? ¿Que cuando vieron como estaba el pedo escogieron la opción dejar ir sus instintos vitales y ser plenos, vitales, saludables y entregados a la gloria de la vida sin renunciar a la capacidad de convivir hermosamente en público? Me miras raro te sonrío, saliendo te meto un disparo por allá y te tiro por la barranca. Me dan ganas de coger te violo por allá atrás, te descuartizo-te malentierro por allá y nadie supo nada.

En México entendieron a Freud y le dieron la vuelta. La cosa no es optar por dar rienda suelta a los instintos o reprimirlos, sino darles rienda suelta y hacer como si los hubieses reprimido. O séase, incluir entre barbarie y cultura el elemento de la hipocresía.

Para que quede más claro, una frase mexicana: lo malo no es robar sino robar y que te cachen.

Lo importante no es tener algún imperativo moral, sino hacer como que se tiene.

Así, todos contentos... al menos en apariencia.

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