Decálogo de Capitalista Revolucionario
Leyendo el libro de Julia Tuñón. Mujeres de luz y sombra en el cine mexicano. La construcción de una imagen, 1939-1952 di con este Decálogo del Capitalista Revolucionario, que expresa la ideología del empresario ideal durante la presidencia de Manuel Ávila Camacho, época de mayor auge económico y modernización en México gracias a la Segunda Guerra Mundial (1940-1946).
1. No mantendrás ocioso tu capital y lo invertirás de modo reproductivo en tu país.
2. Promoverás la creación de nuevas fuentes de trabajo y mejorarás las existentes.
3. El lucro no será el único o el preponderante fin de tus empresas.
4. Preferirás siempre la inversión más provechosa para la colectividad, aunque no sea la más lucrativa para ti.
5. Procurarás el mejoramiento económico máximo posible de tus trabajadores, sobre el nivel obligado por la legislación relativa y hasta la altura de sus méritos.
6. Tomando en consideración que cada nivel social tiene sus necesidades materiales y decoro y que la sociedad sin clases es una patraña, nadie tendrá derecho a lo superfluo, en relación con tales necesidades mientras haya quien carezca de ocupación remunerada.
7. Suponiendo ocupados a todos los que tengan capacidad para trabajar, contribuirás cuanto puedas al auxilio de los incapacitados sin ostentación y ni siquiera indagar lo que los demás hagan o dejen de hacer en ese sentido.
8. No eludirás el pago de los impuestos.
9. Si la suerte te fuese adversa y perdieses tu capacidad, acudirás alegremente a las solas fuentes de trabajo y el ahorro con los fines de subvenir a tus necesidades y posiblemente recuperar la calidad de capitalista para beneficio propio y colectivo.
10. Grabarás estos mandamientos en el cerebro y el corazón de cada uno de tus hijos para que, a través de ellos y de sus descendientes sucesivos, se prolongue el surco de tan fecunda siembra por los siglos de los siglos.
¿Tons? ¿Qué pasó con esta ideología?
1. No mantendrás ocioso tu capital y lo invertirás de modo reproductivo en tu país.
2. Promoverás la creación de nuevas fuentes de trabajo y mejorarás las existentes.
3. El lucro no será el único o el preponderante fin de tus empresas.
4. Preferirás siempre la inversión más provechosa para la colectividad, aunque no sea la más lucrativa para ti.
5. Procurarás el mejoramiento económico máximo posible de tus trabajadores, sobre el nivel obligado por la legislación relativa y hasta la altura de sus méritos.
6. Tomando en consideración que cada nivel social tiene sus necesidades materiales y decoro y que la sociedad sin clases es una patraña, nadie tendrá derecho a lo superfluo, en relación con tales necesidades mientras haya quien carezca de ocupación remunerada.
7. Suponiendo ocupados a todos los que tengan capacidad para trabajar, contribuirás cuanto puedas al auxilio de los incapacitados sin ostentación y ni siquiera indagar lo que los demás hagan o dejen de hacer en ese sentido.
8. No eludirás el pago de los impuestos.
9. Si la suerte te fuese adversa y perdieses tu capacidad, acudirás alegremente a las solas fuentes de trabajo y el ahorro con los fines de subvenir a tus necesidades y posiblemente recuperar la calidad de capitalista para beneficio propio y colectivo.
10. Grabarás estos mandamientos en el cerebro y el corazón de cada uno de tus hijos para que, a través de ellos y de sus descendientes sucesivos, se prolongue el surco de tan fecunda siembra por los siglos de los siglos.
- Alberto Pani. Apuntes autobiográficos. México. Librería de Manuel Porrúa (2ª ed.). 1950.
¿Tons? ¿Qué pasó con esta ideología?
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