El otro día conocí un catalán asustado entre su situación económica actual en Veracruz y el tener que volver a Barcelona a ganar algún dinero para seguir viviendo en México.
Le contaba que he vivido algunos años por sus tierras y que ahora mismo estaba en una posición un tanto ambigua. Yo venía con la más clara intención de quedarme, pero al ver el caos reinante y con mayor consciencia política que antes, ahora tengo ganas de regresar. Le decía que al llegar al DF mi impresión fue la de salir corriendo inmediatamente, pero que después del cuarto día ya estaba acostumbrada y que extrañamente a lo que se piensa, México D.F, con sus casi 30 millones de habitantes, contaminación, tráfico y altos índices de criminalidad es infinitamente más cálido y humano que Barcelona, con su playa, sus hoteles y su gente moldeada por las dietas y el gimnasio.
En fin... veremos hacia dónde nos empuja el viento... o hacia qué hoyo nos aplasta la gravedad.
Le contaba que he vivido algunos años por sus tierras y que ahora mismo estaba en una posición un tanto ambigua. Yo venía con la más clara intención de quedarme, pero al ver el caos reinante y con mayor consciencia política que antes, ahora tengo ganas de regresar. Le decía que al llegar al DF mi impresión fue la de salir corriendo inmediatamente, pero que después del cuarto día ya estaba acostumbrada y que extrañamente a lo que se piensa, México D.F, con sus casi 30 millones de habitantes, contaminación, tráfico y altos índices de criminalidad es infinitamente más cálido y humano que Barcelona, con su playa, sus hoteles y su gente moldeada por las dietas y el gimnasio.
En fin... veremos hacia dónde nos empuja el viento... o hacia qué hoyo nos aplasta la gravedad.
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