El utilitarismo justifica la putería

A propósito de un comentario que al parecer Donnie le hizo, creo, a Aurora hace unos años acerca de que siempre me veía (seguramente cada año, que es la frecuencia con que Donnie suele -o solía- visitar México) con un chico diferente, me puse a pensar en el por qué ahora que venía de vuelta del gimnasio (sí, señores, voy al gimnasio el viernes por la noche). Como está medio lejos y son varios minutos andando de vuelta, y con eso de que el frío y el ejercicio aclaran la mente que no vean, la realidad de pronto estaba ahí, clara y limpia, para explicármelo todo. La primera razón que se me ocurrió es abstracta, y concretando concretando se personificó y tomó nombre. La culpa, y esto parece adivinanza en cuanto la respuesta misma está en el planteamiento del enigma es de la razón. Sí, señores, la lógica y la razón. Ahora les explicaré. Hace algunos años, yo fui nacida mujer, esto es, del sexo femenino. Mi razonamiento, que en la época de mis galanteos juveniles, aún no estaba preparado para maquinar estos desarrollados pensamientos, actuaba bajo estos preceptos inconscientemente, sin poder llegar a formularlos. Como decía, fui nacida mujer, y habiendo sido educada -y ahí entra el propulsor humano de mi desenfreno sexual, el señor utilitarista que me enseñó todo lo referente al tema en cuestión: mi señor padre- bajo los preceptos de las ciencias, la lógica y la razón lo más lógico para mí era actuar según mi destino biológico indicaba. Después de tomar algunas clases de biología y ver que la naturaleza, en su infinita sabiduría, había hecho hombres y mujeres para que se pertenecieran y complementaran mutuamente, sabía cuál era mi misión en la vida: ser complementada continuamente por humanos del sexo opuesto, esto es, claro, el masculino. Por lo que era de esperar que buscara mi complemento natural, ya que la naturaleza así lo había dispuesto. Quién era yo, oh, lector, para contradecir mi destino. Entonces llegaron el señor A, B, C, D, E... lista que pasaría por los Aa, Ab y podría incluso pasar por los Ba, sucesivamente, en la búsqueda incesante (bien se podría utilizar la frase "sin prisa pero sin pausa" pero en mi caso fue "con prisa y sin pausa") de mi complemento natural, ya que así ordenaban las leyes del cielo y de la tierra que debía ser. Hasta que los ires y venires de la vida me llevaron por otros caminos, otras tierras y otros aires.

Así que hoy, 7 de marzo de 2008, un día antes del día de las mujeres, doy gracias 1)por haberme dado cuenta de que el destino propio de mujer no es estar con hombre. 2) A mi papá por haberme apoyado para viajar e irme del hervidero de gente con miedo a no tener pareja que es México y 3) a mí, que soy increíble y maravillosa, sobre todo con este culo tan bueno que se me está haciendo en el gimnasio y 4) a mi mejor amiga, Liliana, que no se ha molestado en escribirme desde que me vine a España porque tiene pareja y su vida es tan gloriosa con él que no tiene tiempo para compartir la abstracción de sus palabras conmigo.


Es destino propio de bestias existir para coexistir. Considero mi solitario destino, querido lector, como más elevado.

Me elevo a los disfrutes del no hacer nada de provecho y te dejo irte a emborrachar, por siempre adorado lector.