jueves, julio 29, 2010

Derechito por la calle de La Paz se llega a la calle de la Amargura


Ahí mismitico en San Ángel, en el Defequeitor.

martes, julio 27, 2010

Envoltura mortal sucia y torturada

La envoltura mortal de las monjas era lo único que poseían para materializar su entrega a Dios; no obstante se les apremiaba a no tocar su propio cuerpo, ni el de otra monja, salvo cuando mortificaban su carne mediante disciplinas o besaban los pies de las demás en señal de arrepentimiento. Desde el noviciado se les enseñaba cómo manejar los ojos y las manos: la vista en el suelo ayudaba a abrir los ojos hacia el cielo, olvidarse de la tierra y no codiciar lo ajeno. Las manos debían estar estar ocupadas en labores de costura, pues la ociosidad las podría conducir a faltas a la castidad que se cometían incluso con una palabra mal dicha o un pensamiento espontáneo. Guardar la pureza era una preocupación constante. La enfermedad era un regalo que permitía poner a prueba el grado de entrega al divino esposo. Padecer en silencio, privarse de alimentos, agregar a los ayunos reglamentarios otros por gusto propio, y sobre todo negarse a cualquier tratamiento médico aumentaban la santidad. Había monjas que se vanagloriaban de no permitir que un médico las tratara para evitar atentados al pudor.

El desprecio hacia el cuerpo se manifestaba también en la falta de higiene personal. Las monjas no acostumbraban bañarse. De hecho lo hacían por recomendación médica; si una rehusaba, la madre superiora la obligaba por votos de obediencia. Si la monja quería bañarse nada más por gusto, se le podía negar el permiso.


- Fragmento de El cuerpo femenino, embarazos, partos y parteras: del conocimiento empírico al estudio médico. Anne Staples. Again Enjaular los cuerpos... compilado por Julia Tuñón.

Monjas masoquistas, sádicas y puercas.

Hombres con miedo de cuerpo de mujer

El miedo que provocaba a los hombres, sobre todo a los solteros, el cuerpo de la mujer, con el cual no admitían ninguna semejanza fisiológica ni espiritual, parecería revelar sus dudas respecto a que ella también hubiera nacido a imagen y semejanza de su creador. Algunos ejemplos dan cuenta de estos excesos: los frailes carmelitas del Santo Desierto de Tenancingo, actual Estado de México, construyeron un paseo penitencial de un kilómetro de largo que llegaba a las puertas de su convento. Si una mujer pisaba una de las losetas, aun a esa distancia de la morada de los frailes, la levantaban y reemplazaban por otra nueva.


- Fragmento de El cuerpo femenino, embarazos, partos y parteras: del conocimiento empírico al estudio médico. Anne Staples. En el mismísimo Enjaular los cuerpos... compilado por Julia Tuñón.

¡Bú!

lunes, julio 26, 2010

Estaba pensando ahora sólo despertar que al menos hasta donde he alcanzado a ver, en los países donde más se hace culto a la muerte, también se respeta menos la vida.

India, México, Bulgaria...

Ciencia y poesía

Parte de las conclusiones finales de un artículo científico mexicano (de esas ciencias que les dicen sociales).

Nótese poesía...

tal vez los mexicanos sin poesía serían españoles... o tal vez algo más aterrador.

Tons puesn,

"A lo largo de estas páginas hemos mostrado que el cuerpo no sólo es células, tejidos, huesos, sangre y órganos, sino también ficción, fábula y discurso. "

- Olivia López Sánchez. La centralidad del útero y sus anexos en las representaciones técnicas del cuerpo femenino en la medicina del siglo XIX. En Julia Tuñón, comp. Enjaular los cuerpos. Normativas decimonónicas y feminidad en México.

sábado, julio 24, 2010


Encontré esta foto en una exposición sobre Gabriel Figueroa en Zapopan.

El título podría ser:

Gente famosa saliendo de vacunarse.

sábado, julio 10, 2010

Civilización-cultura vs. Naturaleza-

Aquí les dejo una historia que forma parte de un documental sobre la vida de Ludwig Wittgenstein que me pasó Larissa uno de los días que fui de espía a su clase de Cinema Queer en la UAEM.

Narra la nostalgia del hombre civilizado frente a la naturaleza, el malestar en la cultura del que hablaba Freud, al hombre del Primer Mundo que necesita ir al Tercer Mundo para sentirse vivo y en contacto con la "realidad real", pero que siempre regresa a su casita aislada, ultra-higiénica y su vida planificada con horarios y agendas.

La historia, puesn:

Había una vez un joven que soñaba con reducir el mundo a la lógica pura. Como era un joven muy inteligente, lo consiguió.

Cuando hubo terminado, se quedó admirando su trabajo. Era precioso. Un mundo limpio de imperfecciones e indeterminaciones. Una infinita extensión de hielo brillante hasta el horizonte. Entonces el joven decidió explorar el mundo que había creado. Dio un paso adelante y se cayó de espaldas. Había olvidado la fricción. El hielo era liso, llano y sin manchas, pero no se podía andar sobre él.

El joven listo se sentó y lloró lágrimas amargas. Pero con el tiempo se convirtió en un anciano sabio, y comprendió que la irregularidad y la ambigüedad no son imperfecciones, sino que son lo que hace que el mundo gire. Quería correr y bailar.
Y todas las palabras y cosas desparramadas por el suelo eran ambiguas y estaban abolladas y deslustradas. El sabio anciano entendió que las cosas eran así. Pero algo en él seguía echando de menos el hielo, donde todo era radiante, absoluto, implacable. Aunque le acabó gustando la idea del terreno irregular, no podía vivir allí. Así que se vio abandonado en una isla entre la tierra y el hielo... ajeno a ambos. Y ésta era la causa de sus penas.


- Traducción al español de un fragmento del guión de Wittgenstein (1993). Dirigida por Derek Jarman para Channel 4 Film.

... y de las mías.

+ Info de la película.

jueves, julio 08, 2010

Barbarie

Después de unas semanas de ausencia por el parto con dolor hacia el viejo incontinente aquí les va otra de esas cosas tan normales que le pasan a uno cuando va caminando por la calle en Barcelona.

Estaba buscando el lugar donde trabaja Jimmie para entregarle sus mazapanes y los chipotles antes de que se empolvaran y crucé la avenida Diagonal. La avenida es bastante ancha y tiene dos laterales y una vía en el centro, lo que implica dos camellones... Pues en esos camellones hay banquitas, para que se sienten los peatones cansados, o los osados que intenten ponerse a leer en medio del tráfico... y en una de esas banquitas había un hombre sentado muy inocentemente, según lo que la distancia y la oscuridad permitían ver. Cuando me acerco veo que sale un chorro de líquido de la banca, deslizandose zigzageando hacia la orilla de la banqueta, justo abajo del señor... y cuando ya estoy más cerca veo que tiene los pantalones abajo y que está saliendo algo de consistencia un tanto viscosa y amarillento de la banca, también justo abajo del señor... No pude evitar mirarlo a la cara cuando pasé, y él también me miró durante unos segundos. Yo me estaba mordiendo las uñas pensando en el fin del mundo y lo único que pude hacer fue mordérmelas con más insistencia, sin dejar de mirarlo.

¿En qué estaría pensando? ¿Había meado sentado? ¿Se chorreó los pantalones? ¿Se iba a limpiar después?

A consecuencia de estos performances callejeros tan sofisticados, el Ajuntament de Barcelona está haciendo una campaña cívica para enseñar a la gente a no cagarse en la calle. ¡Que estamos en el siglo XXI, joder!





Esto recuerda la campaña aquella del Instituto de la Mujer que explicaba que mostrar los genitales en público es acoso, que no es algo normal... para todos aquellos que no lo sabían.

Somos bárbaros, sí, señor.

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