El gatito que le quitaron a Fray Servando
(...) Fue la iniquidad de este hombre hasta mandarme quitar un gatito que era toda mi diversión, porque no le faltaba más que hablar. Yo nací para amar, y es tal mi sensibilidad, que he de amar algo para vivir. Así en mis prisiones, siempre he cuidado aunque no sea sino de una arañita, unas hormiguitas, algún ser viviente; y cuando no, de una plantita siquiera. Sentí mucho mi gatito.
- Memorias. Fray Servando Teresa de Mier. Ed. Porrúa
Awww.
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