Acerca de los Estados latinoamericanos
Vivir, es decir, asumir la vida, pretender que mis acciones se traducen en algo, moverme en un tiempo histórico hacia un objetivo, es algo que choca con el reglamento del hotel, puesto que cuando me alojo en un hotel no pretendo transformar sus instalaciones, ni mejorarlas, ni adaptarlas a mis deseos. Simplemente las uso.
En algún momento se pensó que era necesario un Estado capaz de administrarlo, un conjunto de instituciones y leyes para garantizar un mínimo de orden, "ciertos principios elegantes, apolíneos más que elegantes, mediante los cuales íbamos a pertenecer al mundo civilizado".
Habría sido más justo inventar esos artículos que leemos siempre al ingresar en un cuarto de hotel, casi siempre ubicados en la puerta. "Cómo debe vivir usted aquí", "a qué hora debe marcharse", "favor, no comer en las habitaciones", "queda terminantemente prohibido el ingreso de perros en su cuarto", etc., etc. es decir, un reglamento pragmático y sin ningún melindre principista. Este es su hotel, disfrútelo y trate de echar la menos vaina posible, podría ser la forma más sincera de redactar el primer párrafo de la Constitución Nacional.
- Entrada a Nestor García Canclini en Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad.
El texto citado de Cabrujas es "El Estado del disimulo"en Heterodoxia y Estado. 5 respuestas, Estado y Reforma, Caracas, 1987.
En ese caso el Estado europeo sería entonces un cuartel militar, más que un hotel, porque no hay nada de voluntario ni temporal en el asunto. Se aceptan las reglas del juego o es la muerte social.